domingo, 27 de junio de 2010

Microliteratura en 140 caracteres II


ODISEA - @alejodorowsky
Partieron en busca de la Verdad. Encontraron a quien los estaba soñando.

CRAWL - @albertochimal
El nadador llegó veloz al borde de la alberca.No se detuvo y siguió braceando a través del concreto.Ahora continúa por tu cabeza.

@latadelombrices
Quise desnudarte con un juego de prendas y fuiste más hábil. Cuando no me quedaba nada que apostar, tocaste mi espalda: «Ahora, las alas.»

@Oriana_azul
Las semillas de la flor de león vuelan, ronrroneando como si fueran de gato.

@joseluiszarate
Te odio dice ella. Te odio confirma él. Luego salen al caos de lo diario, tranquilos y seguros porque algo es firme, continuo, inamovible.

RECORDAR - @JAClNTO
Nunca imaginó que su propio ectoplasma tuviera tantas cicatrices. Algún otro fantasma le explicó: Nadie escapa ileso a la memoria.

@Otramaria
Nada me está saliendo. No sabía que tuviera tanta nada por dentro.

@matopa77
Mientras la ciudad duerme, los edificios cantan. Si uno presta atención, se oye el suave susurro de una conspiración.

COMO ACABÓ LA HUMANIDAD - @pollodegoma
La gente hizo todo lo posible pero nadie pudo remplazar a Atlas.

@cuentosminimos
El espejo se rompió de forma muy especial. Siguió reflejando quienes éramos. Reflejando todas y cada una de las personas que éramos cada uno.

@cruciforme
Doy cuerda a mi hijo por las mañanas. Después, cuando vuelve del colegio, le quito la llave de la espalda. Pasa las noches en un baúl.

@relatosminimos

Coleccionaba ventanas. Era su manera de asegurarse de tener siempre un lugar por donde huir.

AGUA DE SUEÑO - @microcuentos
La niña que, en su casa, llevaba un cubo de agua y apareció de pronto en el desierto, se dijo: —Juraría que iba a bañarme.

@microficciones
A Dorothy le crecía la nariz, Ahab gobernaba el Nautilus y los molinos confundían a Holmes... Una mariposa se había colado en la biblioteca.

@SergioGvH
Un hombre lee un libro junto a una ventana que da al canal. -¿Qué lee? -dice una mujer que pasa. -Releo un libro que escribí hace siglos.

@lolacarreno
Golpeaba su cabeza contra el libro. La ósmosis funcionó: el libro se llenó de tonterías.

ANTICUENTO NIHILISTA - @juanjomunoz
No érase ninguna vez, en ninguna parte, nada ni nadie... Esto no es un cuento. No pienses que lo has leído.

@Nanim
Hora de reposar, de convocar a la otra mujer del otro lado de la piel, la que vive una vida de la que en la mañana conservo apenas flecos.

@Conquinceletras
Vivía dentro del armario, en su minúsculo pueblo... ¡Pero el armario tenía una puerta secreta por la que solía escaparse a la gran urbe!

@gemabarranco
Eran idénticos y nacieron con minutos de diferencia. La vida del hermano menor siempre fue un constante déjà vu de la de su hermano mayor.

@vayalocura
No quiero dormir, me pelée con la chica de mis sueños.

@Cristobaljod
Desperté; había un disfraz de piel humana a mi lado: era mi yo de ayer. Lo honoré, lo enterré, y comencé una nueva vida

@Brontis_J
La cicatríz no es el olvido de la herida, es su indoloro recuerdo.

@juanlumora
Hagámonos señales en el cráneo para despistar a los arqueólogos del futuro.

@niahi
Un día la encontraron llorando, decía que al árbol le dolían sus flores.

@cocoleta

En los umbrales del subconsciente,que todo lo relativiza, la vida alcanza tal complejidad que falla la matemática mas elemental, 1 + 1 =3.

@maduixaaaa
Mis cicatrices no son el recuerdo de cómo tú me heriste. Son el recuerdo de cómo yo me cosí.

@Javi_dice
La casa siempre olía a pólvora. Las batallitas del abuelo.

@tedigoque
Sal de mi mente con las manos en alto, sin hacer algún movimiento brusco. Arroja lentamente al suelo mi corazón y patéalo lejos de tí.

@ManuElpielRoja

Si el sueño de la razón produce monstruos, el sueño de los monstruos producirá medias, terceras y cuartas razones.

@kokevegan

— Cada vez me acuerdo de menos cosas de los años que estuvimos juntos. —Perdone, yo no le conozco de nada. —Vaya, veo que me llevas ventaja.

@Bukowski
El que fue a pedir matrimonio a su novia, se la encontró con otro y le dijo "no me acuerdo de lo que te iba a decir pero toma las gardenias".

sábado, 26 de junio de 2010

27 parpadeos de 25 autores: Samsa omnipresente

Competencia - Gilda Manso
—Pueden sentir asco por vos, pero a mí me tienen terror —le dijo, arrogante, el hombre lobo a Gregorio Samsa.

Preocupación – Guillermo Rossini
Estaba leyendo "La Metamorfosis" en el jardín. Dejó el libro a un costado, cerró los ojos, y acarició a su escarabajo preferido. —No sufras más, Gregor —le dijo—. Tu familia está bien y no les falta comida.
Más allá, una legión de hormigas devoraba el cadáver de una araña.

Zzztres - Rita Zanola
—Bien, Gregor. Lo único que me faltaba en este día de locura era que vos te convirtieras en bicho. Hacé el favor de juntar todo eso que estás desparramando por el suelo y no hables… bueh, zumbes, que se me parte la cabeza. ¡Qué familia ingrata!

Psicosis colectiva - Iliana Gómez Berbesí
Gregorio Samsa y Chuan-Tzu fueron a dar al tacho de basura y de ahí a una puerta espectacular. Apenas al verlos, el flamante portero les asperjó con un rocío que los calcinó definitivamente. Luego percibió que su alma se derretía y que todos tenemos algo de insecto.

Terapia - Miguel Dorelo
—Lo suyo, Gregorio, es un típico caso de trastorno esquizoide. Cree ser un insecto pero no lo es.
—¿Está seguro, doctor?
—Por supuesto, está curado; vaya.
–Gracias, do…
—¡Qué asco! —El pisotón terminó con la vida de Samsa. Las secretarias no entienden de técnicas Lacanianas.

Error - Christian Lisboa
Despertó sin poder controlar su cuerpo. Su visión era borrosa, desenfocada, a causa de los ocho ojos que no sabía usar. Se incorporó, aterrado. Su vientre velludo, las ocho patas levantadas, confirmaron sus temores. Intentó gritar, mas sólo pudo silbar:
—¡Franz, te equivocaste, ¡un escarabajo no es un arácnido!

Cien - José María Merino
Al despertar, Augusto Monterroso se había convertido en un dinosaurio. —Te noto mala cara —le dijo Gregorio Samsa, que también estaba en la cocina.

Sobreviviente - Esteban Dublín
Una explosión ha finiquitado la raza humana. En medio de la humareda, Gregorio Samsa todavía camina.

Deja vu: la metamorfosis – Diego Muñoz Valenzuela
Cuando el bello escarabajo despertó, vio con horror que se había transformado en Gregorio Samsa. Tras el espanto, pensó que el asunto le resultaba familiar. “Debo haberlo vivido o soñado antes. O quizás leído”.

Terapia fallida - Sergio Gaut vel Hartman
Si todo es una alucinación, pensó Gregor, y en realidad no me he convertido en un monstruoso insecto, ese maldito psicoanalista vienés me está robando el dinero.

Lazo cerrado – Carlos Feinstein
Gregor Samsa, irritado y devaluado, decide suicidarse para confrontar a su creador; quiere expresarle el odio que siente por su miserable vida. Tras muchos intentos malogrados no logra comprender que él es Kafka, un Dios confundido y aturdido, que descarga sus frustraciones sobre Gregorio, su creación.

No pises a Gregor – Marcela Vergne & Carlos Feinstein
La transformación trajo problemas a todos los vecinos. Nadie se atrevía a matar a ningún insecto, bajo la sospecha de tratarse del propio Gregor. Toda la comunidad murió a los pocos meses de horribles pestes. Salvo por supuesto, Gregor.

Historia vulgar – Carlos Feinstein & Sergio Gaut vel Hartman
Gregor Samsa se despertó una mañana después de un sueño tranquilo y descubrió que tenía el mismo aspecto de siempre. —Si me hubiera convertido en un monstruoso insecto podría faltar al trabajo. —Se miró de nuevo en el espejo; resignado, tomó el abrigo y salió a la calle.

Despertar insólito – Antonio J. Cebrián
Gregorio Samsa despertó y miró sus manos. Manos humanas con cinco dedos.
—Qué extraño —pensó—. Tuve el presentimiento de que sería un insecto repugnante.
Su secretario entró preguntando:
—¿Decidió lo que haremos con los obreros de la fábrica?
—¡Despídelos a todos! —gritó—. Tras reflexionar, concluyó: —Mi intuición nunca falla.

Incredulidad - Patricia Kieffer
—Señor Samsa: como médico legista me he encontrado con todo tipo de excusas para no ir a trabajar, pero le aseguro que la suya es inadmisible. O se presenta hoy mismo, o queda despedido.
El médico se fue. Gregorio quedó pensando cómo meter seis patitas en los pantalones.

Un sueño - Tabi Alonso
¡Diablos! otra vez cucaracha; en este sueño quería ser avestruz.

Estudio de factibilidad - Héctor Ranea & Sergio Gaut vel Hartman
–Si está permitido el sexo entre escarabajos y cucarachas —dijo Gregor—, nuestro hijo podría ser un contrabajo guarachero.
—O una cuchufleta barriobajera. No, Gregor, mejor sigamos jugando a la brisca.

Catador – Héctor Ranea
Rara vez se menciona que las cloacas de las ciudades grandes requieren de análisis de la mierda para identificar abusos de la red colectiva. Samsa era el mejor catador de la comarca, lejos. Comparable a un cromatógrafo fase líquida.

Libre interpretación – Francisco Costantini
Cuando despertó, Kafka vio a Gregor a su lado.
—Al final, qué soy. ¿Escarabajo o cucaracha? —le preguntó Samsa.
Kafka se encogió de hombros, dio la espalda al insecto, y volvió a dormirse.

Etnias - Javier López
Gregor Samsa, convertido en cucaracha rubia germánica, conoció a M'bo, magnífico ejemplar de escarabajo africano, tremendamente bien dotado. El idilio fue intenso, pero duró poco: no pudieron superar las diferencias en cuestiones culturales.

Así son las transformaciones de las cosas - Saurio
Al despertar Chuang Tzu una mañana, tras un sueño gozoso, se encontró en su cama convertido en una monstruosa mariposa.
—¿Qué me ha sucedido? —pensó, pero como era un filósofo taoísta se lo tomó con calma, rompió la delgada pared de su choza y voló rumbo a Tokio, a combatir contra Godzilla.

Borgeafkiano recontraplagiado - Giselle Aronson
Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto.
Con alivio, con humillación, con terror, comprendió que él también era una apariencia, que otro lo estaba soñando.

Franz Kafka - René Avilés Fabila
Al despertar Franz Kafka una mañana, tras un sueño intranquilo, se dirigió hacia un espejo y horrorizado pudo comprobar que:
a, seguía siendo Franz Kafka.
b, no estaba convertido en un monstruoso insecto.
c, su figura era todavía humana.
Seleccione el final que más le agrade marcándolo con “X”.

La cucaracha soñadora - Augusto Monterroso
Era una vez una cucaracha llamada Gregor Samsa que soñaba que era una cucaracha llamada Franz Kafka que soñaba que era un escritor que escribía acerca de un empleado llamado Gregor Samsa que soñaba que era una cucaracha.

Plan B - Rafael Vázquez
Desde que descubrió que las ocasionales metamorfosis seguían un plan, no ha vuelto a sufrir ninguna.
Para evitarlas vaga sólo en la oscuridad, se arrastra, observa una dieta estricta a base de pelotas de detritus hurtadas a los escarabajos.

Siempre se quiere aquello… - Jorge X. Antares
Me levanté humano. Por fin, después de tanto dolor y angustia. Miré por la ventana con ojos humanos y sentí lo que había hecho el hombre con corazón humano. Entonces, mí alma deseó volver a ser cucaracha. No podía vivir siendo un monstruo.

Aracnofilia - Rodolfo J.M.
Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró convertido en una enorme cucaracha que pataleaba en la tela de una todavía más enorme viuda negra.

La ilustración es de Malusha
http://s157.photobucket.com/home/odema60

viernes, 25 de junio de 2010

Sergio Gaut vel Hartman: 24 ráfagas samsianas para un 25 nublado, casi lluvioso

Accidente de tránsito
El tipo casi me pisa al subir al ascensor.
—¡Eh! ¿Qué hace? ¿No me ve?
—Gre... gor... ¿Samsa? —Se llevó la mano a la boca, estupefacto.
—No. ¿Cree que ese escarabajo ridículo es el único que experimentó una metamorfosis?

Trueque o algo así
—¿No le puede cambiar el final?
Kafka miró asqueado a Samsa. —¿Por qué tendría que hacerlo? ¿Usted iría a hablar con mi padre para que deje de tratarme como lo hace?

Puro Hollywood
Gregor Samsa quiso conseguir un trabajo de extra en una película de serie Z en la que un tipo comía escarabajos. Lo rechazaron argumentando que el maquillaje era poco creíble.

Mix
A Greta, la hermana de Gregorio Samsa, jamás le había pasado por la cabeza la idea de que se pudiera practicar a la vez el incesto y la zoofilia.

Prejuicios
Al final la familia de Gregor Samsa se acostumbró al repugnante aspecto del metamorfoseado, pero a los vecinos les dijeron que era un primo del campo.

En la fábrica de pastas
Gregor Samsa dejó de comer ravioles el día que supo con qué se hacía el relleno.

El escarasaurio
—Si mi historia la hubiera escrito Monterroso —dijo Samsa—, y no el amargado de Kafka, otro gallo cantaría: yo aún estaría allí.

Segunda mano
Atacado por un irrefrenable impulso, Samsa compró los zapatitos de bebé que vendía Hemingway, pero nunca pudo encontrar otros cuatro idénticos, ni siquiera parecidos. Decepcionado, se los regaló a la mariposa de Chuang Tzu.

Injusticia
—Lo que más me revienta —dijo Gregor—, es que Kafka únicamente haya terminado la novela en la que yo muero. Y que además sea la más corta.

De aficionado a profesional
Después de leer una veintena de microficciones en las que él aparecía como protagonista, Gregor Samsa le tomó el gusto al asunto y decidió escribirlas él mismo. Aunque no fueran mejores se garantizaría una mejor caracterización.

Revancha
Soy un inventor del siglo XXV. Construí la máquina del tiempo, un resucitador universal y el transmutador de materia. A continuación viajé al 4 de junio de 1924, y dirigiéndome al cementerio judío de Praga, reviví a Kafka y lo transformé en escarabajo.

El cuarto poder
Samsa fue tomado como periodista en el Daily Planet de Metamorfosis, pero Clark Kent, celoso, lo quemó al segundo día con la visión de rayos X. También derritió sus propios anteojos.

Aprendiendo el truco
Cuando Gregor Samsa pudo arrancarle a Kafka el mecanismo mediante el cual se podía transformar a una especie en otra, hizo que Batman fuera un murciélago, Sandokán un tigre y el hijo del rey de Francia un delfín.

Presbicia
—¡Te amo! —exclamó Samsa excitado—. Nunca he visto una escarabaja más hermosa que tú.
—¡Ay, Gregor —dijo la mosca—. Otra vez te olvidaste los anteojos.

Émulo
Samsa quería cantar como Gardel. —El día que me quieras la rosa que engalana se vestirá de fiesta con su mejor olor. —El pisotón creó una leyenda entre los escarabajos peloteros: dicen que cada día huele peor.

Mal negocio
Cuando Samsa supo que era famoso porque cientos de microficcionistas escribían textos en los que él era personaje, rompió el contrato con Kafka y se puso bajo la tutela de Monterroso. Pero este lo transformó en un dinosaurio y ya no pudo moverse más. Aún sigue allí.

Orgasmos
Asomados a la ventana de su famoso microcuento, Monterroso y el dinosaurio se excitaban como locos espiando al triángulo formado por Lolita, Nabokov y Samsa. Los orgasmos eran siempre treinta y dos.

La microficción más corta jamás escrita
Kafka, Hemingway y Monterroso se reunieron para escribir la microficción mas corta posible. Se pusieron de acuerdo en que alcanzaba una palabra y esa palabra era “Samsa”.

¿Ser o no ser?
El congreso internacional de escarabajos se reunió para tratar el llamado “problema Samsa”. Por decisión unánime, los representantes de las trescientas sesenta mil especies resolvieron que el famoso personaje de Kafka es una cucaracha.

Combatiente
Durante la Segunda Guerra Mundial, Gregor Samsa peleó para los aliados. Era un experto encerrando nazis y desquiciándolos gracias a las situaciones kafkianas que era capaz de construir.

Futbolista
El seleccionado de la República Checa ganó el campeonato mundial de 2014 gracias al maravilloso desempeño de Gregor Samsa como delantero de punta. Ningún guardameta podía prever con qué pata lanzaría el disparo fatal.

Estómago delicado
Gregor Samsa fue expulsado del sindicato de escarabajos peloteros por ineficaz. Nunca pudo hacer rodar una bola de estiércol porque el olor fecal le producía arcadas y lo hacía vomitar a cada rato.

Cuento de miedo
Al despertar, tras una noche de sueño intranquilo, Gregor Samsa descubrió que Chuang Tzu era un enorme insecto que le vendía zapatos de bebé a una mariposa convertida en dinosaurio. Cuando encendió la luz todavía estaba allí.

Los sueños sueños son
Eduardo Galeano soñaba con ser Peledona, la síntesis del mejor jugador de fútbol de la historia. Martin Luther King tenía un sueño de igualdad y justicia. Samsa soñaba con ser un Volkswagen.

jueves, 24 de junio de 2010

23 Ráfagas Samsianas para un 24 soleado - Héctor Ranea

1
Cuando Gregor Samsa despertó, gritó:
–¡Cielos, el exterminador de insectos sigue aquí!

2
La vecina del octavo vive con Gregor Samsa y cien mil de sus clones.

3
Cuando no concilia el sueño, Samsa cuenta escarabajos pequeños, peludos y suaves.

4
La reunión fue un éxito, la vecina trajo a Samsa quien contó historias subterráneas. Quién sabe dónde las aprendió.

5
Para la fiesta de fin de año, todos bailamos zapateando con furia. Samsa lloró toda la noche, inexplicablemente.

6
Durante la masturbación en el Botánico, Samsa deja un reguero que siguen los escarabajos desorientados.

7
En el colchón de Gregor Samsa encontraron escondida una foto de su amada. Una hermosa cucaracha belga colgada de los testículos de la estatua del niño que mea.

8
–¡Padre, no dejes que me pisen aunque no sepan que lo hacen! –gritó en sueños Gregor Samsa. Pero tenía mala relación con su padre.

9
–Si Samsa despierta ahora será cucaracha.
–¿Y si despierta mañana?
–Escarabajo.
–¿No tiene escapatoria, Señor?
–¡Ni escapatoria ni justicia! –dijo el escritor.

10
Cuando viene a leerme un cuento para dormirme, Gregor Samsa me deja perplejo con su profundo conocimiento del latín. Un escarabajo ilustrado, había sabido ser.

11
Del tronco hueco del árbol salieron diecisiete cucarachas espantadas. Oí cuando gritaban:
–¡Guarda que viene Samsa, rajemos!

12
El Moldava deja una huella imborrable en quien lo nada. Díganselo a Gregor, quien nadando de orilla a orilla se transformó en escarabajo egipcio y no lo dejaron desembarcar en la dársena. Debió transformarse en cucaracha.

13
Una tarde, en un café de Praga con amigos dispendiosos, Gregor Samsa descubrió horrorizado que su billetera se había convertido en un fiero cocodrilo.

14
Cierta tarde de otoño Gregor Samsa vio un cedro eyacular una densa niebla amarilla. Entonces descubrió que él estaba ovulando.

15
–Soy poeta –dijo el cuervo mientras se le acercaba.
Gregor reculó helado. No hacía dos horas que se había transformado en escarabajo y ya venían a comerlo.

16
–Vengo a quejarme –dijo Gregor Samsa al farmacéutico. –Su somnífero viene con menos fuerza que antes.
–¿Cómo lo sabe?
–No tengo dudas de que antes me convertía en un escarabajo egipcio y ahora apenas en un escritor argentino.

17
–Quejas: primer piso –respondió el robot.
Samsa subió los 39 escalones no sin peligros.
–¿En qué puedo servirlo? –preguntó la empleada en tono burlón.
–El insecticida que me vendieron es inocuo. ¡Mi suicidio fue un fracaso!

18
Al entrar a la iglesia, Samsa tuvo un escalofrío. Recordó a la tía René ahogada en la pila de agua bendita. Sólo sobresalían sus seis patitas.

19
Con el automóvil en esas condiciones, Samsa no llegaría ni a la taberna. Por suerte, con sus seis patas podría correr así llegar antes que se acabe la cerveza nueva.

20
Aprendió a caminar con seis patas con mucha dificultad. Su profesora era, además de bella, zurda, cosa que dificultó el aprendizaje.

21
–No por ser escarabajo el sexo es menos divertido —replicó el maestro de yoga de Samsa.
Esa tarde la vida le sonrió como nunca a Gregor.

22
Al besarla, Gregor fue estremecido por el frotamiento de sus quelonios con los de ella. Mientras lo hacía se preguntó:
–¿Estará permitido el sexo entre escarabajos y cucarachas?

23
Lloró lágrimas amargas al verla partir.
–¡Ella no me amó jamás! –exclamó para sí Samsa mientras Verdi en un rincón tomaba notas.

martes, 22 de junio de 2010

Flash-fiction

Last supper - Carlos Feinstein
What is the height of corruption? Shouted the failed Messiah, because Judas had stolen the wine.

Missing - Sergio Gaut vel Hartman
For some years I lose all my friends. My other me usually finds them, but he never returned them to me.

Divine rebuke - Jorge X. Antares
Look what you've done with the flock! And the Pope, embarrassed, went to bed without dessert.

No vacancy – Héctor Ranea & Sergio Gaut vel Hartman
The Messiah did not find rooms to lodge in Jerusalem. Pilatus offered him one, only if he would agree to be crucified.

Lost and found - Javier López
I lost my sense of humor. I have been told that the one who found it spent several days laughing at me.

The shadow – Claudia Cortalezzi & Héctor Ranea
The idea sneaks my mirror out and moves it towards the darkness so nobody could find it.

The day before - Daniel Frini
—Look, Teuco, to the horse the Achaeans gave us.
—I don't like it Croesus. Why do you think in its flanks it's written: Check mate?

Chaos theory - Rafael Vázquez
God created just a butterfly. It flapped its wings and a Universe began to form. 

Primeval doubt - Daniel Frini & Nanim Rekacz
—Adan, husband of mine —said Eva—, What is an orgy?
—I don't know—said Adan, caressing the snake—. I only know what zoofily is.

Ministry of Truth - José Luis Zárate
Sometimes the best trees in the Ministry of Truth are not perceived in the forest in which we live.

Bouncing on two mirrors – Héctor Ranea
My best ideas occurred to me under the shower, but they flew away together with my image as soon as I threw a glance to the mirror.

The chair that don’t – Gilda Manso & Héctor Ranea
From the rocking chair I see the mother completely naked, so a question bites me: Could it be that I’m completely invisible?

Promise - Patricia Kieffer
He swore to his wife, that he would never leave her for another woman. And he kept. He left with Martin.

Delay - Carlos Feinstein & Sergio Gaut vel Hartman
They came, at last, but too late. The humans lived peacefully and waiting for them with weapons that they could not even imagine. The remains of the Four Horsemen of the Apocalypse were never found.

Regional Cooking – Javier López & Oriana Pickmann
—Mum, what do we have for dinner today? —asked the little savage.
—A tender Australian missionary —answered softly the cannibal mother.

Gourmets – Daniel Frini & Sergio Gaut vel Hartman
—So, tell me, do you have barbeques in Mars?
—Of course we have!
—Offal?
—Inirf intestines, namtrah kidneys and other delicatessen. ..

Branches - Oriana Pickmann
It was hard for the genealogic tree to believe that one of its branches was a black sheep.

Scammer - Javier Lopez & Sergio Gaut vel Hartman
He buys things like eclipses and horizons, selling illusions and crescent moons to men of cities who knew these phenomena only by what they read in the press, while taking breakfast in a  hurry.

The auction - Guillermo Vidal
Who's bidding higher? Going once on ninetenn, going twice... going thrice and... sold for nineteen!

Translations were made by Oriana Pickmann, Maria del Pilar Jorge, Carlos Feinstein and Hector Ranea 


domingo, 20 de junio de 2010

19 parpadeos de 19 palabras

La sombra - Claudia Cortalezzi & Héctor Ranea
La idea se me coló por el espejo y lo movió hacia la oscuridad para que nadie pudiese encontrarla.

Olivierio Girondo
Aunque la estilográfica tenga reminiscencias de lagrimatorio, ni los cocodrilos tienen derecho a confundir las lágrimas con la tinta.

Divina reprimenda - Jorge X. Antares
—¡Mira lo que has hecho con el rebaño! —Y el Papa, avergonzado, se fue a la cama sin postre.

Javier López
Perdí el sentido del humor. Me han dicho que el que lo encontró estuvo varios días riéndose de mí.

Rebote en dos espejos - Héctor Ranea
Las mejores ideas se me ocurrieron bajo la ducha pero huyeron con mi imagen al mirarme en el espejo.

Rafael Vázquez
Principio de indeterminación de Heisenberg. Dos antropólogos se estudian mutuamente tratando de no alterar el comportamiento del sujeto observado.

Crónicas elementales - Nanim Rekacz
Le sugerí ponerse un storni para ir a la fiesta de Fahrenheit. Estaba radiante, como una estrella de mar.

Pérdidas – Sergio Gaut vel Hartman
Desde hace algunos años pierdo a todos mis amigos. Mi otro yo suele encontrarlos, pero jamás me los devuelve.

De religiones equívocas – Oriana Pickmann
Luego de haber adorado a todo tipo de dioses, la única que le quedó fue la fe de erratas.

José Luis Zárate
A veces los mejores árboles del Ministerio de la Verdad no se advierten en el bosque en que vivimos.

Ultima cena – Carlos Feinstein
¿Cuál es el colmo de la corrupción? —gritó el fallido Mesías debido a que Judas había robado el vino.

Cocina regional – Javier López & Oriana Pickmann
—Madre, ¿qué tenemos hoy para comer? —preguntó el pequeño salvaje.
—Un tierno explorador australiano  —respondió amorosamente la mamá caníbal.

Promesa - Patricia Kieffer
Le juró a su esposa que nunca la iba a dejar por otra. Y cumplió. Se fue con Martín.

Cólera - Jerónimo Alayón Gómez
Después de que encolerizado lanzara maldiciones de fuego a todos, el Vesubio se abandonó arrepentido al sueño del olvido.

No hay vacante - Héctor Ranea & Sergio Gaut vel Hartman
Cuando llegó a Jerusalem, el Mesías no tenía dónde alojarse. Pilatos le ofreció una pieza si se dejaba crucificar.

La silla que no - Gilda Manso & Héctor Ranea
Desde la mecedora veo a la madre tan desnuda que me asalta la pregunta: ¿Yo seré invisible por completo?

Fidelidad al modelo - Jacinto Deleble Garea
Sísifo, representado en el sudario que Penélope tejía de día para destejer de noche, se parecía enormemente a Ulises.

Gourmets - Daniel Frini & Sergio Gaut vel Hartman
—Dígame, ¿en Marte hacen asado?
—¡Claro que hacemos!
—¿Achuras?
—Mollejas de inirf, riñoncitos de namtrah, y varias otras facturas...

Remate - Guillermo Vidal
¿Quién da más? Diecinueve a la una, diecinueve a las dos, y diecinueve a las tres. ¡Vendido en diecinueve!

viernes, 11 de junio de 2010

Un prolífico y 29 ráfagas parpadeadas en el mediodía de Buenos Aires

Estrategias
El hijo de Hitler tenía dificultades para enganchar mujeres. Un día empezó a decir que había escrito siete libros, pero no levantó ninguna. Entonces cambió de estrategia: les contó que su papá tenía un montón de campos... de concentración. Tampoco.

No será un best seller
Compré el libro que me sugeriste; lo leí. Eras la protagonista. Pero amabas a otro hombre. Cuando regresé ya no estabas; te habías ido con él.

Cuestión de medidas
Puso la escalera junto al ventanal y subió para arreglar la cortina. Resbaló y pronto estuvo en el aire, precipitándose hacia el suelo. —¿Cuánto se tarda en caer once pisos? —pensó—. ¿Hay tiempo para escribir una última microficción?

Fracaso inevitable
La novena invasión marciana terminó en desastre. La llegada de la flota coincidió con la jornada final de Gran Marciano, un reality de humanos que supuestamente se comportaban como habitantes del planeta rojo. Las naves chocaron contra el Uritorco.

Maestro
El hijo de Hitler quería escribir microficciones, pero sólo le salían novelas. Un día se encontraba en Petra y acertaron a pasar por allí Hemigway, Monterroso, Chuang Tze y Kafka.
—Que tu padre te enseñe —le dijeron a coro.

Interregno
Se reunieron todos los solares para analizar el fin del mundo de 2012. Los marcianos propusieron el éxodo masivo. Los terráqueos ni eso. Cuando los mayas volvieron de su viaje por la galaxia aclararon todo.
—¡Fin del mundo, las pelotas! —dijo Huitziloquetzalcoyotlpaxi.

Golpe de gracia
Cuando Monterroso abrió los ojos, la Dama de Pique, el Caballo de Troya y la Torre de Pisa formaban una red de mate a su alrededor. Los peones de “La siciliana”, borrachos, se reían estúpidamente.
—Estoy perdido —dijo—. Abandono. 

Reglas dietéticas
—Este saurio es un puerco —dijo Aarón Rabinovich.
—¿Saurio o puerco? —respondió Moisés Goldbaum.
—Puercosaurio.
—¿Cincuenta y cincuenta?
—No, ochenta por ciento saurio y veinte por ciento puerco.
—Entonces es casher. El sábado en casa de Rebeca Trajtemberg lo comemos.
—¿Asado o guisado?

Vocaciones erradas
El hijo de Hitler se encuentra con Albert Einstein en los jardines de Princeton.
—¿Cómo está tu padre? —dice el físico—. Hace rato que no lo veo.
—Estudia bricolage e ikebana —responde Otto.
—Caprichoso. ¡Qué cerebro se perdió la ciencia!

Mediáticos
Estaba cubriendo el congreso de seres mitológicos cuando Zeus y Odín se fueron a las manos. Un centauro, sintiendo vergüenza ajena, me dijo: — Si esto sale en Teleolimpo estamos fritos.
—Yo soy periodista de Valhalla News —afirmé orgulloso.

Salto cuántico
Los marcianos desarrollaron una tecnología fabulosa, que no existe en ninguna otra parte del universo. Movieron la nube de Oort y la clavaron en la punta del monte Olimpus. Ahora esperan que empiece a llover para llenar los secos canales.

Mal bicho
El hijo de Hitler y el hijo de Perón tenían gustos sencillos, como mirar las muchachas desde un café en Piazza Navona. Pero un día pasó el hijo de Jean Cocteau y los convirtió en estatuas de sal.

La invasión por el éter
Cuando la gente se empezó a suicidar tras escuchar la emisión radial, H. G. Wells lo llamó a su sobrino Orson y le espetó.
—¿Qué hacés, loco? ¿No te das cuenta que este material no es para cualquiera?
—Justamente, por eso, H. G., justamente por eso.

Achaques de la vejez
El hijo de Hitler se cruza con John Lennon en Picadilly Circus.
—¿Cómo está tu padre? —dice el músico.
—Un poco deprimido —suspira Otto—; Mike Jagger dice que ya está viejo para tocar con los Bumping Stones.

Parking
La invasión marciana fracasó porque aterrizaron en el centro y dejaron sus naves estacionadas en cualquier parte. Las grúas de la municipalidad las levantaron, ellos se negaron a pagar las multas y se los llevaron presos a todos.

Salomónico
El conflicto entre caballos y alfiles, originado en que los primeros pueden visitar todas las casillas y los segundos sólo la mitad, se zanjó mediante la creación del alcabil, una pieza que mueve como se le antoja.

Un fracaso marciano que no quedó registrado
El 28 de diciembre de 2028 se produjo la 54º invasión marciana, pero nadie se dio cuenta porque se utilizaron naves invisibles. Eran tan perfectas que tampoco los marcianos las veían y las destrozaron chocándolas entre sí.

Cosas de grillos
El crítico, un tipo críptico, criminalizó el criterio que había cristalizado el día de la crisis de los crisantemos, cuando les dijo a los cristianos que el crisol de la crispación estaba en la cripta de Critón.

Tendencias
En Marte no existe la microficción. Un cuento de tres palabras, por ejemplo, es impensable, ya que para decir: “el sol brilla” los marcianos deben escribir “e’é’lly br’’yll a’a’áä s’hau ‘loj olig’ô ju’ki ju’ki ol ‘yll pu’to”.

Herencia macabra
El hijo de Hitler paseaba por el Rosedal cuando se topó con el hijo de Perón.
—¡Fíjese por dónde camina! —exclamó Otto.
—¡Fíjese usted, hijo de generocida! —bramó Domingo.
—¿De qué habla? Esas son calumnias. Mi padre es sastre.
—¡Justamente por eso!

El último fracaso
Los marcianos decidieron no volver a invadir la Tierra el día que murió Ray Bradbury.
—Si no lo logramos hasta ahora —dijo el jefe de la expedición—, ya no lo lograremos.

Especulación
Había soñado que sólo era una imagen reflejada en un espejo. Cuando no pudo girar la cabeza supo la verdad: el otro le daba la espalda.

Inimputable
—¿Usted está plagiando mis textos?
—En efecto, pero lo hago en la ficción, no en la realidad. Por eso estoy seguro de que no seré castigado.

Una invasión encriptada
Los marcianos de sangre verde, enemigos de los de sangre amarilla, fueron los protagonistas de las 87ª invasión. Resultó una experiencia terrible, ya que cada marciano ocupó el cuerpo de un terrestre y ni nos dimos cuenta.

El nacimiento de una fe
La muerte del ídolo disparó la inmediata devoción. A las veinticuatro horas había realizado su primer milagro y a las cuarenta y ocho apareció el fundamentalismo.

Avalancha
Cuando descubrieron los microcuentos metaficcionales, un montón de personajes quisieron probar suerte. No fue fácil para Rojo, Bianchi, Lagmanovich, Brasca y Zavala limitar la entrada de Jesús, Marilyn, Hitler, Bovary, Genghis Kahn, Cleopatra, Napoleón y Julieta porque no había más lugar.

Reputación
El hijo de Hitler quería que su padre fuera respetado por todo el mundo. Un día se encontró con Henry VIII y le pidió consejo.
—Que se dedique a otra cosa —dijo el rey palmeándose el voluminoso vientre—; mientras siga trabajando como chef será odiado por todos.

Avaro
Mientras meaba, a Nelson Rockefeller se le cayeron los dientes de oro al inodoro. Como le daba asco meter la mano para recuperarlos llamó a Superman. Vino el Chapulín Colorado y se fue sin hacer el trabajo. El millonario quería pagar tarifa de mucamo.

Vía de escape
La realidad lo crispaba, por lo que decidió convertirse en personaje de una ficción bucólica. Hace cien años que busca un escritor adecuado para que escriba su historia.


La ilustración de esta entrada es de Eduardo Naranjo