sábado, 25 de agosto de 2012

Refranes Falsos que bien podrían ser Verdaderos




REFRANES FALSOS QUE BIEN PODRÍAN SER VERDADEROS.

37 – De borricos y de tontos – Héctor Ranea
El borriquillo nació diciendo:
—¡Jijó! —por lo que lo llamaron, Jijó.
Más adelante pudo decir: diasfendonesia, constantinopolitanismo, diatriba, metempsicosis, psitacosis, parafernalia y otras, pero siguiéronlo llamando: Jijó.
Por lo que: “Aunque el borrico se doctore, borrico lo atesoran”.

23 – Por qué no todos los rábanos son santos – Héctor Ranea.
Hubo una vez un santo llamado rábano. Desde entonces todo el Khrein clamó por santidad. Por eso: No por mucho rábano te aclama el Vaticano.

12 – Repetición formativa – Javier López
Tanto fue el cántaro a la fuente que acabó aprendiéndose el camino.

38 – Cada cosa, a su tiempo – Javier López
Tras ocho meses de gestación de nuestra futura hija Ana, mi mujer comenzó a levantarse todos los días a las cuatro de la madrugada.
—No por mucho madrugar Ana nace más temprano —le dije cuando prendió la luz.

49 – Zozobra la verdad, más nunca ahogada la verás – José Luis Velarde
Lorenzo Pestosino, auguró que el Victoria navegaría a toda vela hasta encallar en Sicilia.
Los marineros se burlaron del infalible profeta.
A una semana del dicho vieron a los dos únicos sobrevivientes arrastrarse sobre la costa pedregosa de Castellammare.
Ahora es común decir: “Donde manda profeta no gobierna capitán”.

35 – Los viajes ilustran – José Luis Velarde
Era un hombre gris, tonto y pequeñajo que creyó cambiar de fortuna yéndose a otra nación. Allá dijeron que era plomizo, lerdo y diminuto. Desde entonces se dice: “El árbol torcido siempre
enriquece el vocabulario”.

36 – A batallas de amor campo de plumas – José Luis Velarde
Los recién casados se abrazaron con fuerza y de tanto amor profesado se apretaron hasta morir en un abrazo tremebundo y asesino.
Un dicho popular ahora establece: “Al que mucho abraza mortaja le cae del cielo.”

48 – La dicha de la fea siempre puede comprarse – José Luis Velarde
La avaricia estableció un próspero negocio y pronto gastó su primer millón en cirugía embellecedora. Muy joven aún se enamoró de un afortunado adjetivo con el que vivió feliz en un mundo perfecto.
Desde entonces el refranero popular refiere: “La suerte de la fea nunca dura cien años”.

32 – Desmentida – Héctor Ranea
Alñudo Barrigón despertose bien temprano aquella gélida mañana de invierno. Se sentó frente a su máquina pero la novela no salía. Estaba desolado: no por amanecer Barrigón, se convierte en
novelista.

47 – El caballo como amigo del dentista – Héctor Ranea
El siguiente es un refrán algo largo pero es autoexplicado; dice así: al caballo ciego hay que mirarle los dientes para comprender si sabe dónde está el suelo y come bien. Bueno, parece
sencillo. Pero con esto de los caballos voladores, la cosa no es nada simple.

49 – Más sabe un viejo que ojos que no ven si la fuente existe – José Luis Velarde
Un anciano encontró restos de cerámica en la cocina. Dedujo que su fregadero ocultaba un manantial. Supuso que una muchacha lindísima llenaba el cántaro todas las noches y comenzó a acecharla. Jamás volvió a dormir. “Más sabe el diablo que ojos que no ven si el cántaro se rompe.”

49 – No vendas la piel si puede salir volando – José Luis Velarde
Martín adquirió un contenedor lleno de pieles de oso. Al revisar la mercancía pudo ver un avestruz de pico empeñado en desprenderle un ojo. Martín, cobarde como perro ladrador, apenas pudo musitar un refrán popular en ese tiempo: “Más vale pájaro en mano que salir a cazar al oso.”

47 – Si vas a criar cuervos no te eches a dormir – José Luis Velarde
Marioneti tenía un cuervo amaestrado en Hollywood. Al popularizarse las películas de horror en la década de los cincuenta decidió establecer un criadero de aves negras.
Al triunfar sus pájaros alquilados fue común descubrir enemigos que lo arruinaron. Bien dicen: “Cría fama y te sacarán los cuervos.”

49 – Et in Arcadia ego – Héctor Ranea
Un ciego de Arcadia decía conocer a una mujer de cabellos negros y plumas que le hicieron ver ángeles en cierta instancia. Desde entonces cantaba: “Y en Arcadia yo le di todo, pero tomó sólo mis ojos. ¿Quién no dio de comer alguna vez sus ojos a un cuervo?”

39 – Escabechada de ranas enlatadas y canciones batracias – Héctor Ranea
Esculapio Escabetxe Escalpelló, conocido como Esc Esc Esc, creó una marca de conservas de batracios. Las ranas de Escabetxe saltan enlatadas porque: “a la rana dale de saltar y canta”, pero eso sí, si cantan, no se las escucha.

47 – Romance aéreo – Héctor Ranea
Le regaló accesorios para ropa, broches para la cara, pinceles para acicalar todo el cuerpo, pinturas para ojos, perfumes caros y baratos y nada. No pudo conquistarla. Ella pide más aire. Refrán: “A las muñecas inflables las ases con la boca pero no las conquistas con nada”.

40 – Aunque el río se mueva no lleva seda – José Luis Velarde
La inundación desbordó el gran río de la selva.
Un grupo de simios logró cruzarlo aferrándose a un tronco.
Chita no tuvo suerte y se desplomó en la corriente.
Aún ahora es frecuente decir:
“Cuando el río suena mona lleva.”

49 – Quien mal anda estrena disfraz - José Luis Velarde
Don Martín Tantosanto arrasó regiones enteras hasta que un rey condenó a la comunidad entera a reponer los daños. El autor de las tropelías, hijo favorito del chapucero monarca, fue
mantenido en el anonimato.
Desde el medievo se afirma: “Siempre pagan los justos, pero no se dice el pecador.”

49 – Superficie plana o cuerpo tridimensional siempre tiende a tirar al monte – José Luis Velarde
Mucho se habla de círculos virtuosos y triángulos amorosos. Ocupan planas, llenan blogs y
conversaciones enteras. Poco se sabe de pentágonos amorales, prismas exacerbados o paralelogramos esquizoides. Es innecesario añadir que apenas se nombran los icosaedros pecaminosos.
Bien dice la gente sabia: “Cada cuerpo geométrico oculta un pecado asimétrico”.

49 – El tiempo bueno no es ni será tiempo perdido - José Luis Velarde
Rodrigo no habla del presente; no imagina futuro alguno. Analiza minucioso el pasado. Rehace conversaciones añejadas en sus recuerdos. Vislumbra respuestas novedosas; prefiere dejar inalterados los comentarios dichos en la infancia o cualquier otro momento de su vida.
Siempre dice: “Más vale pasado probado que futuro incierto por venir.”‎

49 – El color del cristal con que se mira no limita al ciego – José Luis Velarde
Pedro exhibía cataratas en ambos ojos.
Sólo veía nubes durante la canícula.
No era visión nublada.
De sus ojos brotaban torrentes de agua fría y al contacto con el calor desorbitado brotaban
nubes auténticas.
Bien dice el refrán: “Es de no creer la cascada en ojo ajeno ver caer.”

49 – Lo que por agua viene por agua se va – José Luis Velarde
Los aztecas imploraron el regreso de la lluvia a Tláloc, quien molesto por la falta de sacrificios humanos hizo caer un diluvio que duró setenta y cinco días. Todos los habitantes de Tenochtitlan maldijeron al dios que respondió con firmeza: “No se lamenta tanto el que buena tormenta siembra”.

49 – Cuervos – Angélica Santa Olaya
Llevó dos kilos de maíz que salvó de la sequía. El cura tomó el regalo y bendijo el aire. El campesino salió y desenvolvió el taco que guardaba en su
morral. Bajó un cuervo y llevóse el taco al campanario. “A Dios rogando y con el cura cargando.”

10 – Intento de plastificación a María Magdalena – Claudio Leonel Siadore
¡Quien esté libre de Capitalismo que arroje la primera tarjeta!

44 – Cordero perdido – Héctor Ranea
Regalaron a la niña de ricitos dorados un corderito raro nacido en invierno. Una tarde nevó, el corderito se perdió y quedó atrapado en la nieve. Planeando, como siempre, durante su patrulla, la gaviota pensó: “A cordero regalado, también se le comen los ojos”.

46 – Dos en uno – Héctor Ranea
Lo que vieron en la tomografía fue asombroso. Cuando le informaron a la paciente, les dijo:
—Sí; una vez una lombriz solitaria salió y me dijo: “La lombriz es solitaria pero no santa”, señora, y le mandé una amiga suya. Es que: “la lombriz, lombriz quiere”.

39 – Saleroso – Héctor Ranea
Finalmente, la mujer de Lot miró las ciudades arrasadas y Dios la convirtió en sal. Lot dijo:
—“No hay sal que por bien no venga”. Tenemos para el viaje.
Y la molió, la juntó, la envasó y la consumió.

viernes, 3 de agosto de 2012

Ráfagas sueltas en el viento




44 – Relatividad – Cristian Cano.
―¡Van 30 años. No soporto más!
―Tranquilo ―dijo el Pleyadiano.
―¿Tranquilo? Eso decís porque vivís mucho. A mí me abdujeron de la Tierra. Es mucho tiempo.
―No le des importancia. Yo lo pienso así…
―¿Cómo?
―Treinta vueltas de una roca alrededor de la otra.

12 – Amores – Esteban Moscarda
—Aliename y decime mercancía —le dijo un Marx enamorado a Adam Smith.

‎40 – Del diccionario surreal IX – Esteban Moscarda
Phaser: arma cargada por el azar. Ideal para planetas cuyas atmósferas son narcóticas. Mango flexible como inconsciente. Rayos de anti-sueño efervescentes. Llame ya y recibirá de regalo un escudo de plumas. El Capitán Kirk duerme con una bajo la almohada.

10 – La Primavera mexicana – Odeen Rocha
Y cuando México despertó, el PRIsaurio ya no estaba ahí.

49 - La cábala del fútbol - Ana Caliyuri
—Papi…perdemos 2 a 0.
—Si, respondió él ,con evidente mal humor.
—¡Nos vamos al descenso! Pasamos a la categoría B…
—Si. Mejor no hablamos del tema. ¿Te ayudo con la tarea de la escuela?
—Bueno! ¿Me decis de memoria el abecedario?
—Ehhh, A ...C…

25 - Conversación inocente durante la comida – Javier López
—Amor, ¿qué es esta cosita que tienes en el labio?
—¿En cuál de ellos vida mía?
—En el derecho.
—Sólo una manchita. Es de nacimiento.


32 - Displacer - Ada Inés Lerner
Desnuda. Hombres que van y vienen. No es placentero. Tan relajada como me lo permite la situación. Conectada a dos sueros por el brazo izquierdo y los electrodos en el pecho. Guardia de cardiología.

‎6 - Dieta ocular - Héctor Ranea.
Come cuervos y criarás tus ojos.


10 - Última palabra - William E Fleming.
Sólo hubo una palabra para acallar a ese personaje... FIN.


23 - Pequeña historia fluvial – Javier López
Invitar a Miss Ouri a nuestro periplo por los meandros del Mississippi no fue una buena idea. Estuvo miccionando durante toda la expedición.


10 – Porno élfico – Esteban Moscarda
El porno de los elfos tiene mucho sexo con orcos.


36 – Premonición – Guillermo Vidal
—Hijo, no hay nada más importante que dejar huella en la vida —dijo un dinosaurio hace sesenta y cinco millones de años a su cría segundos antes de que cayera el cometa de la gran extinción.


30 - El nacimiento de un mito - William E. Fleming
Mirad ahora lo que se apaga por el horizonte, es Marte. El planeta que dio vida un hombre que ahora junto con él se esconde, pero esta vez para siempre.


‎13 – Final – Esteban Moscarda
—¿Nombre?
—Ray Bradbury.
—Por acá: a usted le toca el cielo color rojo…


21 - Probabilidad – Guillermo Vidal
Cuando imagino el futuro de aquí a cien años en cada una de sus variantes, en todas ellas siempre estoy muerto.


27 – Olvido – Héctor Ranea
—¿Brad Bury? No lo conozco —dijo el presentador de programas de baile y prostitución en Canal Olimpo, de las Colonias Marcianas—, sólo conozco a Brad Pitt.


30 - Deus ex scriptor - William E. Fleming
––Mira, ¿la verdad? No me gustas –dijo con un tono autoritario. El escritor apretó la tecla “supr” mientras los gritos del personaje se colaban entre las líneas del texto.


14 - Perfección - Héctor Ranea.
Un cuervo que vuela de noche, más que cuervo es oscuridad en movimiento.


6 - Nostalgia - María del Pilar Jorge
Pensarlo me despierta una ternura opaca.

6 – Nostalgia II - María del Pilar Jorge
Hojas amarillas en tardes de otoño.


16 – Siempre Ray – Esteban Moscarda
Cuando despertó el Tyrannosaurus Rex en los desiertos rojos de Marte, Ray Bradbury todavía estaba allí.


49 – Lotería - Sergio Gaut vel Hartman
—¿Sorprendido? —dijo la mujer—. ¿Esperabas otra cosa?
—No —respondió Flavio—. Es decir, sí, un poco.
—Ganaste la lotería, querido, ¿lo olvidaste?
—Sí. No. ¿Qué gané?
—Quince millones, un yate, un departamento en Cannes, una esposa...
—¿Una esposa también?
—Bueno, era inevitable; debían asegurarse que el dinero se gastara adecuadamente.

lunes, 25 de junio de 2012

43 – Ráfagas tuiteadas por Arnolfo, el Serbio tuerto y su compañera Eglógia, la kachuba tuiteada – Héctor Ranea




5 – Ornitólogo
¡Tantos tuits y ningún pájaro!

5 – Botánico
¡Tantos pájaros y ninguna rama!

5 – Boia
¡Tantos tuits y ninguno ahorca!

5 – Bossa Nova
¡Tuit de marzo moja menos!

6 – Tango
¡Percal y tuits vestido de pajarón!

7 – Traumatólogo
¡El tul de tuits entume al tullido!

6 – Mítica Penélope
¡Teje Pandora tu caja de tuits!

5 – Juramento y traición
¡A tuit fenecido hashtag cantado!

5 – Pésame
¡Perdón por nuestros tuits pasajeros!

5 – ¡Ah!
¡Tantos tuits y ningún pezón!

6 – Cocinero
¡Fríen tuits, cazan pájaros, mueren ramas!

4 – Episteme
¡A pájaro muerto, tuit mudo!

8 – Diógenes
¡Vale tanto un tuit ciego cuanto pájaro implume!

10 – Aviación
¡Al hangar de los tuits caen pájaros de cualquier nido!

6 – Cuervo
¡Almorzar tuits no hace al cuervo!

7 – Folklore
¡Silencio pido al tuit, vuelo al pajarito!

5 – Pirata
¡Voto al brío del tuit!

6 – Guitarrístico
¡Vibra el tuit, escasean las bordonas!

9 – Esponsales
¡Casóse por tuit y lo esposaron a un nido!

12 – Satelital
¡Alto el tuit en el ocaso, bajo el satélite en el horizonte!

14 – Topólogo
¡Limitando al norte un tuit, al sur un viento, lo demás no importa nada!

14 – Zoólogo
¡Una manada de tuits pobló mi nido y no encuentro la botella de leche!

8 – Marinero
¡Menudo tuit el que zarpa con el eructo!

5 – Moralina
¡Despropósito mayor un tuit meduloso!

8 – Olímpico
¡A 140 caracteres no le gana ningún tuit!

8 – Consejo
¡Cierra el tuit y te calmarán los ojos!

11 – Literario
¡Empiece el verbo a sonar que el tuit se arma solo!

10 – Leguleyo
¡Avive el seso un tuit y no despierte al abogado!

5 – Cuchillo
¡Tuit circunciso herrero de madera!

5 – Bíblico
¡Verbos tuiteados no son pecados!

9 – Médico
¡Tanto tuit y el culo se dora con acupuntura!

8 – Campero
¡Amalaya el tuit que me deja sin palabras!

13 – Sabiduría pampeana
¡No hay tuit que sepa más que el Diablo pero tampoco son viejos!

8 – Égloga o algo así
¡Sintetice el alma mía tuiteen mis manos solas!

11 – Náusea
¡Empiece a tuitear en vano y le vendrán mareos de lunes!

9 – Bossa Nova 2
¡Tristeza no tiene fin, tuit en 140 se planta!

12 – Camino a la gloria
¡Moza tan formosa no vi en el tuit pero sí en Ipanema!

9 – Propiedad
¡Tengo un tuit en la mano y cien volando!

10 – Posesión
¡La legión de tuits que me habita no vomita verde!

9 – Hartazgo
¡Un tuit más y no respondo por mis yuyos!

8 – Sanidad
¡O vomitas el tuit o besas al parejero!

11 – Égloga disparatada
¡Al tuit lo lleva un pájaro como al sueño la almohada!

9 – Vacuno
¡Al vacuno el pájaro sin tuitear no limpia melindres!



Ilustración: Jack Cooper

sábado, 2 de junio de 2012

Casi 100 Ráfagas de diversa autoría, para leer en un Parpadeo



Especies extintas 1 – Héctor Ranea
El problema con los caracoles migratorios es que antes de que llegaran al borde del jardín, se secaban. Nunca nadie los pudo clasificar. Una pena.

Fernando Andrés Puga
Aunque la vio echar las gotas en la taza, bebe el té de un solo trago. Sabe que ella no podrá soportar otra decepción.

Espejo - Ana Caliyuri
A ella, le gustaba mirarse en el espejo de las aguas, porque el espejo que colgaba de la pared no mostraba su estremecimiento.

Sabiduría – Guillermo Vidal
Tres cosas son importantes en un hombre para no repetir sus fracasos. La primera es la memoria; las otras dos no las recuerdo.

Mares - Héctor Ranea
Entre Sarmiento y Slapelitz, hay una curva en el camino donde se encuentran conchas en cuyas cavidades se escuchan los mares del Cretáceo.

Enciclopedias – Esteban Moscarda
Cada persona es una enciclopedia. Las hay ilustradas para chicos y las hay cual tratados complejos que solo unos pocos pueden entender.

Duda existencial – Sergio Gaut vel Hartman
Después de resucitar a Lázaro se le planteó un dilema: ¿debía permitir que fuera inmortal o simular un accidente cuando nadie mirara?

Felices fiestas – Gabriela Baade
Es lindo cenar en familia; claro que depende de la familia que te toque o elijas. Yo me elegí una familia inflable.

Arte muy moderno - Miguel Dorelo
Cualquier animalito cagando, si se lo ubica en la galería adecuada, está en condiciones de ser considerado una obra de arte.

Ana, la del patíbulo – Sergio Gaut vel Hartman
—Andá a estudiar, Ana y dejá de pensar en los muchachos. Vas a terminar perdiendo la cabeza por uno de ellos.

Al séptimo, descansó – Javier López
"Mi poder emana directamente de Dios", manifestó el dictador ante los medios. Ese mismo domingo lo derrocaba un golpe de estado.

Preocupación - Orlando Van Bredam
—No se preocupe —dijo el verdugo—, todo saldrá bien.
—Eso es lo que me preocupa —contestó el condenado a muerte.

Rafael Vázquez
De pronto el burro rebuzna porque acaba de comprender algún chiste escuchado hace mucho tiempo, quizás hace muchas generaciones de burros.

Falsable 1 – Ariel Becerra Ledesma
En un bosque, un árbol cayó. Hacia arriba.
No había nadie para verlo, así que la Ley de Gravedad permaneció inalterada.

Camuffamento – Héctor Ranea
Tenía un buen dinosaurio en cada barrilete que remontaba. Nadie sospechaba nada porque los dinosaurios volando de lejos parecen calandrias.

Dodos – José Luis Zárate
Quiero un dinosaurio dijo el niño. Le ofrezco dodos, unicornios, quimeras. Él no cede. Yo tampoco. Debo cuidar su alimentación.

Signatura – Javier López
El notario pintaba sus lienzos con pequeñas manchas de óleo, ubicadas en el escaso espacio que no ocupaba su firma.

La rebelión de las manos - Guillermo Rossini
Sus manos ya no le respondían cuando quería tocar otra cosa, cualquier cosa que no fuera la espalda de Ana.

Hippopotomonstrosesquippedaliofobia - Maria Elena Lorenzin
Desde que le diagnosticaron la enfermedad se ha encerrado en un mundo de monosílabos del que se aferra a muerte.

Rafael Vázquez
Un gallo cantó por la noche. Para no reconocer que se había equivocado, en adelante cantaba siempre por la noche.

Malos hábitos – Sergio Gaut vel Hartman
Con frecuencia, la gente compra lo que odia. Y a veces hasta se casa con él, o con ella.

El ventrílocuo - Alejandro González Foerster
Y cuando el espectáculo ha acabado, el enano guarda en su hermosa caja al robot, de apariencia increíblemente humana.

No es lo mismo - Saurio
Tenga cuidado y no se confunda: No es lo mismo un proverbio chino que un aforismo made in Taiwan.

Razonamiento poético V – Esteban Moscarda
Si fuera un arma dejaría de existir: no podría llevar a la muerte en el hueco de mi alma.

Tarde - Fernando Puga
Cuando volvió al nido con el pico repleto de lombrices, la suave brisa del crepúsculo balanceaba la última plumita.

Venganza – María del Pilar Jorge
Era un libro tan, pero tan malo, que decidió regalárselo a su suegra para el día de su cumpleaños.

Incertidumbre – Javier López
Las olas adoptan las más variadas formas de interrogación, cuando te encuentras inmerso en un mar de dudas.

Oficina de perdidos - Héctor Ranea
No sé si estoy perdido o si no estoy. Quienes salieron a encontrarme, no saben si existo.

Toda mi vida – Cristian Cano
¿Por qué siento que solo y sentado en el rincón de un viejo café voy a sobrevivir?

Móvil equívoco – Javier López
Me dio su teléfono para que la llamara. Cuando la llamé, sonó su teléfono en mi bolsillo.

Terrorista - Patricia Nasello
Decidió eliminar al enemigo del modo más cruel: detonando una carga de palabras odiosas, gastadas, en descomposición.

Bodas de plata - Carolina Fernández
Cuando Julieta despertó, Romeo ya no estaba. A su lado roncaba un dinosaurio de ciento quince kilos.

Aperitivo a la barra II - Guillermo Vidal
Se preocupaba recién cuando veía el vaso medio vacío y no recordaba haber tomado la otra mitad.

Rafael Vázquez
Dejamos el niño a la abuela. Cuando regresamos lo encontramos lavado, planchado y doblado en el armario.

Rafael Vázquez
Las sirenas cantan rabiosamente sensuales. El barco ultramoderno, con inhibidor de cantos, pasa impertérrito a su lado.

Complicación - Rafael Blanco Vázquez
La muerte era vital, lo esencial era superfluo y lo útil era inútil. Así de sencillo.

Reverso – Javier López
Si miramos de frente a la Luna, ella piensa que la espalda es nuestra cara oculta.

Queja injustificada – Sergio Gaut vel Hartman
—No quiero ser tratado como un objeto sexual.
—Es inevitable, Cacho; sos un vibrador de silicona.

Perversiones – René Avilés Fabila
La correspondencia y las autobiografías son como el espejo: un invento perverso para desatar la vanidad.

Variaciones de la imbecilidad - Héctor Ranea
El funámbulo trató de suicidarse con la cuerda floja. Se dio un porrazo sin mayores consecuencias.

Desgracia – Sergio Gaut vel Hartman
—Mi creatividad ha muerto —dijo el escritor.
—Junto con todo lo demás, seguramente —respondió el sepulturero.

José Luis Zárate
El Ministerio de la Verdad tortura al biografo para que sus líderes tengan una vida mejor.

Entrecomillas – Odeen Rocha
A veces, cuando me inspiro, pienso en citar a Borges, pero dudo mucho que venga.

Sentencia – Javier López
"No te aguanto más", fue lo último que escuchó de su compañera en el trapecio.

Imparcial – Guillermo Vidal
—Usted está equivocado.
—¿Cómo puede estar tan seguro?
—Porqué errar es humano —respondió el alien.

Ricardo Germán Giorno
La soberbia es un apetito desordenado de uno mismo que se atenúa practicando la lujuria.

Eventualidades - Rafael Vázquez
Convencido de que todo viaje es imprevisible, llenaba sus maletas de objetos tomados al azar.

Lluvia - Héctor Ranea
Con la lluvia la campana de la iglesia se afina para sonar mejor a muerto.

Hipocondría - Fernando Andrés Puga
Quiero ser una proteína C Reactiva; es lo único que a ella le preocupa.

Enredo - Juan Romagnoli
Esos momentos tan nuestros en que ya no sabemos qué pierna es de quién.

Crimen perfecto - Sergio Gaut vel Hartman
Lo mató mediante un certero golpe de calor. Nunca se encontró el arma homicida.

Rafael Vázquez
Los átomos son sistemas solares en miniatura. Hay electrones con huellas de diminutas civilizaciones.

Lumamie - Samanta Ortega
Hoy por fin es viernes y en unas horas lunes por unos días.

Límites - Ada Inés Lerner
La Religión prohibió que aquel unicornio ebrio viaje a más de 100 km/h.

After the concert – Esteban Moscarda
Luego del concierto las sirenas son aplaudidas por los patrulleros y las ambulancias.

Hermético - Saurio
Era un poeta tan críptico que ni siquiera su musa entendía sus poemas.

Vacío - José Manuel Ortiz Soto
El cielo se desplomó con el último aguacero, ahora lo tenemos acá abajo.

Rafael Vázquez
Las tijeras cumplen servicios a la comunidad por algún crimen que han cometido.

Intangibles – María del Pilar Jorge
Las realidades virtuales permanecen condenadas a la efímera existencia de los sueños.

Rulfo 2.0 – Odeen Rocha
Vine a Comala porque me dijeron que lo encontraría en Google maps.

Modismo bíblico – Javier López
—¡Qué mala honda! —pensó Goliat cuando sintió la pedrada en la frente.

A final de cuentas – Héctor Ranea & Sergio Gaut vel Hartman
Harta de los embates de los hermanos testosterónicos, la santa cede.

Sexo débil - Fernando Puga
El modo en que lamía ese helado terminó con mis defensas.

Visitante - José Manuel Ortiz Soto
Tocó su piel y ella abrió la puerta de su cuerpo.

Mate matica – Guillermo Vidal
Por el hedor, el punto llevaba más de dos días muerto.

Adolescencia estelar – Odeen Rocha
A la Osa Menor no la dejan salir de noche.

Insensibles – Javier López
En las guerras de robots, nadie lloraba a sus muertos.

Fénix inverso – Oriana Pickmann
Mi ave se convirtió en cenizas. Olvidé apagar el horno.

Suicidio de escritor - Sergio Gaut vel Hartman
Se ahorcó con el hilo más grueso de la trama.

Solo sé que no sé nada – Guillermo Vidal
—Es cierto, a veces la verdad es estúpida —respondió Aristóteles.

Monarca ilustrado - Javier López
Publican la caricatura del rey en una revista de humor.

José Manuel Ortiz Soto
La misma historia, contada por otros labios, parecía más interesante.

Cuántica y el fantasma – Héctor Ranea
Cuando te veo, no estás. Cuando estás, no te veo.

Cortante - Oriana Pickmann
Usó su lengua afilada para hacer leña del árbol caído.

Rafael Vázquez
Yo tenía un reloj que las agujas llegaron al final.

Lecciones de dinámica - Héctor Ranea
No hay movimiento sin dinero, excepto la caída libre.

Políglota - Carmen de la Rosa
Tiene un verdadero don. Sabe callar en diecisiete lenguas.

Frase carente de sentido que, de contar con el lector adecuado, puede pasar por genial - Miguel Dorelo
A veces el faro es la niebla y viceversa.

Inflado – Guillermo Vidal
¡Vanidoso!, en el fondo no es más que arroz.

Intertextual - Ada Inés Lerner
A veces, el tiempo es sólo promesa de futuro.

Ricardo Germán Giorno
No es por la noche que la oscuridad duerme.

Sin gastos sucesorios - Walter Hernán García & Nanim Rekacz
Tuvo un nacimiento precoz y murió en la víspera.

Pancarta de los cachalotes fundamentalistas - Sergio Gaut vel Hartman
¡No al casamiento entre pulpos pitonisos y calamares cagatintas!

Paranoico - José Manuel Ortiz Soto
Si no voltea es porque sabe que lo siguen.

Accidente – Javier López
El camionero murió por volcarse en su trabajo.

Resignación - Fernando Andrés Puga
Cuando salí del armario, mamá todavía estaba allí.

En el museo de Bellas Artes - Sergio Gaut vel Hartman
Los cuadros son espejos que desvirtúan la realidad.

Bruno Henríquez
El encapuchado usaba una capucha limpia cada día.

Safari - Saturnino Rodríguez Riverón
Sucumbió víctima de la ferocidad de una bacteria.

50/50 – Odeen Rocha
─¡Aquí hay gato encerrado! ─gritó probablemente Schrödinger.

Esperando el final II – Esteban Moscarda
Tengo miedo: creo que la vida continúa.

Crimen – Carlos Enrique Saldivar
Lo maté porque era igual a mí.

Sexta Ley Robótica – Ricardo Giorno
Siempre hay espacio para un bit más.

Máxima moscardiana – Esteban Moscarda
La realidad es la resaca del soñador.

Voluntad - Rafael Blanco Vázquez
Yo me pienso reproducir por huevos.

Oriana Pickmann
Dentro de poco hay mucho menos.

Superchería – Guillermo Vidal
Creencia falsa, pero por las dudas…

Cambio de actividad - Lilian Elphick
Vendo seis palabras obscenas. Vaselina incluida.

Casa de rico con perros guardianes – Javier López
Ladran, luego nos están robando.

Jorge Ariel Madrazo
Aquel hermafrodita se amaba apasionadamente.

Invierno - José Luis Zárate
Sólo se helaron los termómetros.

Digan lo que digan - Rafael Blanco Vázquez
Tanto puritanismo es indecente.

El florero - Fernando Andrés Puga
No sé donde ponerme.

Incompatibilidad de caracteres - Saturnino Rodríguez Riverón
Yo, lírico. Ella, dramática.

Música para aburridos - Esteban Moscarda
Concierto para triángulo.

Fingida atención - Giselle Aronson
—Ahá.

La geografía, el color y la Literatura - Marcos Zocaro
Monterroso.


Ilustración: Duy Huynh

jueves, 24 de mayo de 2012

Trece (la mala suerte) parpáfagas de diecisiete (la desgracia) palabras - Daniel Frini



Días de yeta I
Íbamos en bici y se nos cruzó un gato negro. Mala suerte. Para el gato. Hoy comemos.

Días de yeta II
Pasé debajo de la escalera y la enganché con mi bota. El pintor se quebró ambas piernas.

Días de yeta III
Abrí el paraguas dentro de una habitación cerrada. La inundación llegó a la altura de los cuadros

Días de yeta IV
La malvada madrastra preguntó y no le gustó la respuesta. Enojada, rompió el espejo. Así le fue.

Días de yeta V
Nombraron al quetejedi y me agarré, con fuerza, el huevo izquierdo. El moretón lleva veinte días. Duele.

Días de yeta VI
La vio con el vestido antes del casamiento. “¡Andate!” gritó ella. El se fue. Con su cuñada.

Días de yeta VII
“Si mandás este mail, te llegarán diez regalos”, decía. No lo mandé. Llegaron diez citaciones de Rentas.

Días de yeta VIII
Dicen que la pata de conejo trae suerte. Eso no es cierto. Al menos para el conejo.

Días de yeta IX
Cauto, no se hizo al mar en martes trece. Esperó otro día. El terremoto aniquiló la ciudad.

Días de yeta X
Se levantó con el pié izquierdo y metió el pié derecho, entero, en la taza de noche.

Días de yeta XI
―¡Toco madera! —dijo.
―¡¿Qué hace, degenerado?! —gritó Pinocho.
Purga condena por pederasta. Ya lo violaron tres veces.

Días de yeta XII
―¡Suerte, suerte! ¡encontré un trébol de cuatro hojas! —grito desaforado.
Para robárselo, lo molieron concienzudamente a palos.

Días de yeta XIII
Le perdonó la vida al grillo. No durmió en toda la noche. Llegó tarde. Perdió el trabajo.

Sobre el autor acá


lunes, 16 de abril de 2012

El post que en realidad no existe (textos de 0 palabras) - Varios Autores


0 - El cuento que con mucho estudio, esfuerzo y dedicación logró titularse - David Baizabal

0 - El Universo hace 16.000 millones de años - Antonio J. Cebrián

0 - Felicidad digital - Francisco Costantini

0 – Lo último que vio el fusilado del cinco de mayo en el cuadro de Goya – Héctor Ranea

0 - El teatro en la era digital - Saurio

0 - El cuento más corto del mundo porque alguien se llevó todas las letras y dejó el espacio en blanco - Esteban Moscarda

0 - Carta de amor en la época del chat - María del Pilar Jorge

0 - La mente en blanco (o El trauma de un escritor) - Anna Rossell

0 - Las manos de Perón escriben este texto - Esteban Moscarda

0 - El misántropo, la mística y los tres hijos de ambos - Rafael Blanco Vázquez

0 - Demostración práctica de que es posible escribir una microficción sin palabras - Sergio Gaut vel Hartman

0 - ¿Qué tanto me quieres, nena? - Odeen Rocha

0 - El texto que no ha sido escrito en Tandil - Esteban Moscarda, Héctor Ranea y Sergio Gaut Vel Hartman

jueves, 22 de marzo de 2012

50 tuits de Rafael Blanco Vázquez y Javier López


25 tuits de Rafael Blanco Vázquez, seleccionados por Javier López

Perro ladrador muerde a un refranero.

—No me hombrees —le dijo la mosca a la cabra.

-¿Cómo se te ocurre, asado de calor, quedarte frito en la arena? ¿A ti te falta un hervor?
-Necesito un baño, María.

-Sépalo usted –dijo el pétalo.

Niño consentido percibe el sinsentido existencial.

-¡Tito, un puente!
-¡Qué cruz, Celia!

Vegetariano con inquietudes se hace rumiante.

Los enanos detuvieron al gigante: ¡Alto!

Eustaquio y Falopio se conocieron borrachos.

Cuando sufras no sufras, es normal.

Judías verdes abducían a las blancas.

Actriz argentina imparte clases de medicina.

El nueve era más chulo que un ocho. Y eso que el ocho era un matasiete.

Somos dos pensando en vos / Y uno de esos dos sos vos.

¿No deberíamos vivir sin hacer preguntas?

Agente literario busca escritor: inéditos abstenerse.

Tuve un apretón en el entierro y casi me cago en todos sus muertos. Por suerte, sólo me cagué en diez.

Maricón tu madre.

–¿De qué murió?
–De muerte natural. Le clavaron un puñal en el corazón y murió.
–Natural.

Proclaman con orgullo que la vida en común es una lucha. Como si no fuera una lucha la soledad, que es justamente lo que ellos no soportan.

–Sácame de quicio –suplicó la puerta.

–Jamás de los jamases, te pongas como te pongas.
–¿Ni a pesar de los pesares?
–Ni siquiera si quisiera.

Nómadas con raíces, sedentarios con sueños.

Nadie puede escapar a su desatino.

40 grados a la sombra, pero ella ejercía su derecho a opinar y opinaba que hacía frío.



25 Tuits de Javier López, seleccionados por Rafael Blanco Vázquez

Cuando el camello consiguió atravesar el ojo de la aguja, declaró: "El mérito es de ella".

Mi volcán entró en erupción, justo en el epicentro de la grieta de tu falla.

Si miramos a la luna, solemos ofrecerle nuestra mejor cara. Al sol, sin embargo, parece que lo mirásemos siempre contrariados.

A veces la costumbre nos golpea con una fuerza inusual.

"No te aguanto más", fue lo último que escuchó de su compañera en el trapecio.

No pude superar tu muerte. La tuya fue espectacular. La mía, simplemente mediocre.

—Salgamos rápidamente de aquí —le dijo la q a la i.

"Con la edad te irás volviendo menos reflexivo", decía el espejo de la tienda de antigüedades a otro recién llegado.

¿Un ejemplo de diptongo? Hiato.

Colibríes y libélulas se dieron cita en un estanque de nenúfares para embelesarnos con la sonoridad de esta frase.

"Cerebro que hayas venido", me dijo el zombie cuando caí en sus manos.

—Me da igual vivir o morir —contestó el profesor de lengua cuando un alumno le preguntó qué verbo de la tercera conjugación debía estudiar.

En la esquina del olvido encontré un rincón para el recuerdo.

Hace tiempo que no logro encontrarme a mí mismo. El caso es que sé que me puse en algún sitio...

Para combatir el calor tengo un abanico de posibilidades.

Solo, sé que no sé nada. En compañía, doy conferencias sobre física cuántica.

Tengo la lengua seca de tanto escribir.

Duermo en el suelo de mi habitación, desde que la cómoda decidió instalarse en mi cama.

Con el paso del tiempo, toda la prensa se vuelve amarilla.

Años después, el indeciso comenzó a considerar la posibilidad de considerar la posibilidad.

Pienso que no existo.

Hay momentos que son irrepetibles. Todos.

Abierto sobre la mesa de operaciones, espero a que la anestesia cese su efecto. El cirujano y la enfermera llevan ya varias horas durmiendo.

Nunca somos conscientes de que hemos envejecido cuando el tren llega a su destino.

Siempre que escribo "Fin" pienso que se me acabó el cuento...


Ilustraciones de Dazecase y Asteri Supernova en DeviantArt

martes, 13 de marzo de 2012

Ráfagas sin otro sentido – Héctor Ranea



El escritor pensó, aterrado, que cuando le cortaran una mano sería como si lo cegaran.

La pierna de un pirata fue encontrada en una peatonal de un puerto de zombies, comprando zapatos.

El viajero tomó sus recuerdos, armó una valija con sus pensamientos y se colgó del aire. Una tormenta lo salvó de ahogarse en llantos.

Bailaba un vals enfermo, tieso como una estatua. Su compañera era la muerte, que brillaba de alegría.

Terminaron de amarse simultáneamente, como habían empezado. Al derrumbarse todo dentro de sus ojos, encontraron la soledad de las almas sin sosiego.

Soledad de ojos mutilados, de pómulos hirvientes de lágrimas. Nada seca las lágrimas, nada, ni el Sol.

Caminaba por esa plaza donde habían compartido ese primer beso. Todo tan lejano ahora. ¿Eso era la soledad?

Regresaron sin proponérselo al mismo árbol, a la misma vereda sin luz. Pero uno de los dos no estaba.

En la ribera del recuerdo, un álamo susurrante, un pájaro encantado, un río alado, callarían para escuchar las palabras que al desamor lo declararon tan solemnemente.

Se puede meter en una jaula todas las velas, pero no su luz. Entendió el poeta.

En las personas que no se aman más perdura la alegría de haber amado.

Regreso en un sueño al lugar del primer beso. Ya no existe, pero sé que está ahí. Al despertar, consigo en mis labios tener la misma sensación de que ya no es mía.

La profundidad del mar no se compara con el amor que ha muerto. Por eso, el suicida cambió de idea y rumbeó adonde estaba su amada.

Repitió en forma obsesiva todo lo que había caminado con la persona amada para comprender por qué había dejado de amarla. Lo veían caminar al revés, por eso todos reían sin comprender.

En cada vuelta del camino creía ver su sonrisa dibujada por las sombras, hasta que al ver sus ojos se estrelló contra un recuerdo y recobró el sentido cuando volvió con ella.

En una partida de ajedrez, él movía las blancas, sus recuerdos dejaban quietas las sombras.

No hay nada de amor ya, dijeron en silencio y se alejaron. Sus sombras se tomaron de la mano y siempre andan juntas en los parques.

Cuando Abelardo prometió a Eloísa un poema, logró de ella un beso. Cuando calló, ella se entregó toda.

No hubo palabras, sólo un movimiento. Lo último que vio fueron brazos que se animaron a recibirla.

Llevo en mi piel tus recuerdos pegados con tus lágrimas.

domingo, 22 de enero de 2012

Múltiples respuestas a una única pregunta – Héctor Ranea


Pregunta:
¿Dónde termina la línea de la meseta?


Respuestas por número de palabras:

 
0 (La respuesta más lógica)
--
 

1
Partalguna.
 

2
Siempre sigue.
 

3
No existe final
 

4
Si terminara, muero ¿sabes?
 

5
Caminando no se encuentran líneas.
 

6
El Sol busca permanentemente ese final.
 

7
En el rincón donde lloran tus ojos.
 

8
Todo intento ha sido como frenar al viento.
 

9
Si pudiera saber dónde, te llevaría a esa sombra.
 

10
Si mi grito pudiera llevarte, mi nombre sería viento Sur.
 

11
En esa diminuta peca negra en tus ojos en la sombra.
 

12
Una línea cuyos finales son el mismo comienzo, coincidentes en la nada.
 

13
Por la línea que se pierde ante la vista se irá mi aliento.
 

14
No es dónde la pregunta, ni cuándo termina, sino ¿qué pasaría si no terminara?
 

15
Me pareció verla en sueños que se transformaron en pesadillas. Dicha línea es mi cadalso.
 

16
Ninguna línea puede mantenerse detenida en la meseta. Todas flotan hacia el Sur, donde todo empieza.
 

17
Sentados a la vera de esas líneas, la noche las dibuja mientras nos entretenemos mirando las estrellas.
 

18
Algunas plantas atestiguan que el mar anterior fue cristal y sonido cuyos ecos retumban sordos en cada hoja.
 

19
Surcando las líneas sólo podemos ver que, a medida que nos acercamos a un extremo, nos alejamos del otro.
 

20
La línea del final se mueve cada vez que sopla el viento, anunciando con el polvo que la primavera retorna.
 

21
Si la flecha de Zenón jamás se moverá del arco, ¿por qué habría de tener final la línea de la meseta?
 

22
¿Dónde terminan esas líneas? Quién sabe. No terminan los ríos exactamente en los mares, a veces empujan hasta cubrir todo el océano.
 

23
Si la línea, el compás, los vientos te quieren dibujar dentro de mi mente, encontrarán que la mejor manera es representar la meseta.
 

24
La arena que levanta el viento, la arcilla que acumula en las jarillas. Todo apunta a un mar perdido donde nunca encontrarás esas líneas.
 

25
Ni Euclides de Megara, ni Gauss de Braunschweig podrían resolver el problema de las líneas de la meseta si no es acá, con nosotros habitándolas.
 

26
Un ñandú corre hacia donde el Sol se nos oculta. Al cabo de la noche aparece su huella dibujada en el cielo. ¿Terminará ahí la línea?
 

27
En una cuerda de las guitarras que han paseado por el horizonte, quedó dibujado un mapa de los silencios encontrados, que son la representación de su final.
 

28
El escritor ordenó sus líneas escritas adosándolas a la línea de longitud desconocida. Cuando terminaron sus líneas tan poco había avanzado que hasta escuchaba cantar las mismas bandurrias.
 

29
Duermo en la línea (imposible evitarla) y mi sueño dibuja un final para la meseta. Al despertar ya no existe. La nada ha cubierto en sus cenizas el horizonte.
 

30
La línea que cierra el horizonte tal vez es dibujada por el chingolo que baila buscando su comida. El viento lo lleva, el viento lo trae. La línea nunca acaba.
 

31
Hay quienes aseguran que las ballenas fueron una vez exploradores que salieron en búsqueda del final y, al encontrarse con el mar nadaron en él tantos milenios que al fin la búsqueda los transformó.
 

32
De buscar el final del horizonte caminando, se aconseja no quedarse atrapado en la nieve con el pelo. Las gaviotas caceroleras los confundirán con estúpidos carneros y les comerán los ojos, inmediatamente.
 

33
Un hombre dispara una flecha tan lejos como puede y siempre habrá otro que repita desde aquel lugar y luego otro, sin final. Ahí termina la línea, cuando uno de los hombres muere.
 

34
Nos abrazamos una vez, y luego otra, mientras avanzábamos hacia el Sol, amándonos. Antes de que la línea llegara a su final, el Sol había desaparecido.
—¿Queda más allá del Sol? —Preguntaste.
—Probablemente —asentí.


35
Cierto grupo de periodistas quiso saber dónde termina el horizonte de la meseta. El baqueano les advirtió de la inutilidad de todo eso. Al llegar a mitad de camino del infinito, todos renunciaron al intento.


36
Es inútil toda brújula o posicionamiento satelital si la búsqueda simplemente se basa en encontrar un hito, una baliza. El final está en otra parte, como corresponde. El sistema está en esa frontera. Silencio, vacío, simultáneamente.
 

37
Los aonikenk atesoran un secreto modo de cazar percas que consiste en cantar una canción sobre el final del horizonte. Los peces se dejan llevar por esa melodía y, luego, por la mano que mece el agua.
 

38
No tienen descanso los ríos nacidos en el final de las líneas o los que viajan hacia él. Quienes han navegado sus aguas saben que sus ojos dejarán de ver, pero lo que han visto valió la pena.
 

39
Idealmente, las líneas son imaginarias y el sistema es cerrado sobre sí, porque la Tierra es cerrada. Pero la realidad es una navaja que muchas veces corta las venas de la geometría, sin que eso signifique perder el raciocinio.


(foto del autor: meseta del llano Paraná, Chubut, septiembre de 2011)