sábado, 13 de febrero de 2010

Gemidos y orgasmos pasando como ráfagas y parpadeos


Viaje - Sergio Gaut vel Hartman
Despertó. Oía un sonido suave, creciente; el gemido entrecortado se hizo jadeo, lo golpeó como un látigo. Llegó el orgasmo. La nave se impulsó a través del agujero negro para emerger del otro lado.

A falta de dinosaurios - Oriana Pickmann
Cuando despertó, el vibrador todavía estaba allí.

Dinosex - Nanim Rekacz
En esa tienda vendían vibradores con forma de dinosaurio. La descripción decía "juguetes educativos para la mano del caballero y la vagina de la dama. No dejar al alcance de los niños".

Nuevo Dinosex - Nanim Rekacz
Prolongadores peneanos de monstruosa apariencia y equipados con sonido ambiente selvático. Succionan, excavan, muerden. Con botón petrificador que garantiza satisfacción duradera.

Metamorgasmo - Sergio Gaut vel Hartman
Cuando llamaron a la puerta, Gregorio apuró la manipulación. Las predicciones de su madre se habían cumplido, pero siguió pensando en la hermosa cucarachita y dejó que la ola de placer lo inundara.

Las cucas - Nanim Rekacz
"Millones de cucarachas no pueden equivocarse", pensó Gregorio. "Además nunca voy a errar de nombre cuando tenga un orgasmo, ¡son todas idénticas y se llaman igual!

Vibrato - Sergio Gaut vel Hartman
Los gemidos de mi vecina del sexto no me dejaban dormir. Así que bajé con la cámara y le propuse hacer un uso racional de su multiorgasmia. Cuando llegó el esposo estuvo de acuerdo.

Mix – Sergio Gaut vel Hartman
A Greta, la hermana de Gregorio Samsa, jamás le había pasado por la cabeza la idea de que se pudiera practicar a la vez el incesto y la zoofilia.

Monotemático - Sergio Gaut vel Hartman
—¡Como se te ocurre regalarles juguetes eróticos a los niños! ¡Dios! La culpa es mía por tener gustos sexuales tan extravagantes. ¡Y dame esa navaja que te vas a lastimar!

Impasible - Javier López
No conseguía estimularla con el vibrador. Probé con varias velocidades e intensidades. Pero ella seguía impasible, con los mismos ojos fijos e inexpresivos de muñeca de látex.

Breve - Sergio Gaut vel Hartman
Asomados a la ventana de su famoso microcuento, Monterroso y el dinosaurio se excitaban como locos espiando a Lolita, Nabokov y Samsa. Disfrutaban todas las variantes y los orgasmos eran siempre treinta y nueve.

Confusión - Sergio Gaut vel Hartman
—Eminencia, tengo dos noticias: la síndone es, en efecto, la sábana que cubrió el cuerpo de Jesús, pero no en el sepulcro sino en su noche de bodas con María de Magdala.

De 74 metros número 1 - Saurio y Leonardo Longhi
Los dioses así la hicieron. Anca barroca, un despelote. Saco mi larga vara, quedan restos de esperma en tu pelo.

Lo corrieron de atrás, lo corrieron de atrás - Saurio
Pero el tipo iba despacio, se detenía a cada rato para abrir sus nalgas y no hacía ningún esfuerzo para sacarse el palo del culo.
¡Así no vale!

Los 120 días de Monterroso - Saurio
Cuando despertó, el Marqués de Sade todavía estaba allí.
¡Ay!

Pasión - María del Pilar Jorge
Afuera era el frío, adentro el fuego: furor en mi boca, en mis cabellos sus dedos, murmullos, suspiros y un fuerte jadeo.
Afuera era el frío, adentro el silencio.

Fetichista – Antonio J. Cebrián
Conseguir braguitas en el mercado era fácil.
Robarlas de los tendederos también.
Conseguirlas usadas de primera mano fue más complicado.
Tuvo que acostarse con una mujer y fingir para obtener finalmente su trofeo.

(Sin palabras) – Sergio Gaut vel Hartman
Hacían el amor en la oscuridad y tan silenciosamente que esta microficción no tiene palabras que puedan describirlos

Improntu - Sergio Gaut vel Hartman
A Oriana le gustaba hacerlo con el Marqués de Saurio porque en la cama se comportaba como un ídem.

Rutina - Sergio Gaut vel Hartman
Cuando hacen el amor Ídem y Etcétera todos las palabras, acciones y gestos se repiten hasta el cansancio.

Otro de dinosaurios - Sergio Gaut vel Hartman
Cuando despertó el dinosaurio estaba aún allí, y también la dinosauria. Estaban copulando. Monterroso sacó el verbo yacer de su bolsillo, le miró el atributo y se puso a copular con ellos.

Amor nórdico – Sergio Gaut vel Hartman
—... todo lo que diga será usado en mi contra —dijo la mujer. Pero no dijo nada más. Empezó a gemir y jadear, a jadear y gemir…

Simuladoras - Diego Martínez
Ellas simulan que gozan, cuando no sienten nada en realidad.Simulan que nos aman, cuando nos ignoran.
Simulan que están con nosotros, cuando en realidad están sólo en nuestra imaginación...

Ideal - Nanim Rekacz
Ella simulaba quererlo, él pensaba en otra. Eran muy felices.

Geometría - Nanim Rekacz
No existen los triángulos amorosos, las relaciones humanas dibujan las más estrafalarias figuras en las que la confluencia de dos puntos es un número imaginario.

Error nominal - Nanim Rekacz
Cada vez que decía el nombre de su amante en el momento álgido, éste reclamaba no llamarse así. Desde entonces, menciona a la deidad. Nada agrada más al hombre que ser equiparado a un dios.

Coherente - Javier López
Dijo "me voy, me voy". Y se fue.

Corridas - Oriana Pickmann
Llegaron juntos al orgasmo, a pesar de que galopaban por caminos diferentes.

Malentendido – Antonio J. Cebrián
Él dijo:
—Voy a correos.
Y ella respondió:
—¡Oh, sí; mi señor!

La máquina del tiempo - Héctor Ranea
Tenía la precisión de un picosegundo, lo que tarda la luz en recorrer un pelo de ella. Así, la hizo retornar al orgasmo hasta que la entropía despeinada congeló el universo.

Incesto - Héctor Ranea
Ella interpreta a Sissi, la Emperatriz. Al quedar sola en un cuarto de Schönbrunn se ve desnuda en un espejo dorado. Al apoyarse contra ese vidrio, siente las manos dulces de Sissi en sus senos.

Osado - Sergio Gaut vel Hartman
Lo excitaban los gemidos, ese crescendo regular, húmedo, armónico, que culminaba con un inevitable desarreglo del entramado cuántico del universo. Se prometía no correr el riesgo de nuevo. Pero se olvidaba de inmediato.

Accidente - Antonio J. Cebrián
Deja que te coja, que al correrme casi te tiro…

Juegos de alcoba - Sergio Gaut vel Hartman
Cuando él le dijo que jugarían chaturanga y peteia ella se excitó como nunca. Ya en el lecho, disputando una interminable partida de jadeos y gemidos, prefirió no aclarar nada.

Juegos indios - Sergio Gaut vel Hartman
Ella creyó que chaturanga era una posición del Kama Sutra. —¡Meté tu lingam en mi yoni! —jadeó. Chaturanga significa “cuatro miembros”, y aunque él sólo tenía uno se las ingenió para no desentonar.

El trenecito - Javier López
Experimentábamos una práctica sexual en grupo con este nombre. Pero ese día todos mis amigos y amigas resultaron heridos tras el descarrilamiento. Yo sólo sufrí leves lesiones: iba en el vagón de cola.

Devota – Saurio & Sergio Gaut vel Hartman
Era una beata incurable, la más pía de las pías, aunque al mismo tiempo una apasionada del sexo en todas sus variantes. Por eso, cada vez que llegaba al clímax se encomendaba a Sanseacabó.

Análisis - Javier López
Sus relaciones no eran demasiado satisfactorias. Él quiso analizarlas. Ella no estaba por la labor.

Un asunto de nunca acabar – Sergio Gaut vel Hartman
Cuando acaba el Domingo todos los demás días de la semana aplauden entusiasmados. Y la Manuela también, ya que ella es la que más se esfuerza para que eso ocurra.

Tauromaquia (doblemente) perversa - Oriana Pickmann
Disfrutaba mucho de la corrida de toros.

Casi tauromaquia - Sergio Gaut vel Hartman
Andaba todo el día a las corridas, pero eso no le proporcionaba ningún placer; no el que ustedes imaginan. Era un hombre demasiado ocupado: bancos, Bolsa, inversiones financieras...

De toros y corridas - Carmen Carrillo
Uno tenía el garbo de Manolete, el otro, la pericia de Lorenzo Garza. De no ser por la rechifla que exigía la presencia de torero y rejoneador en el ruedo, habrían tenido corrida.

Geometrías del placer - Javier López
El la besó, perpendicularmente. Ella sonrió, verticalmente.

El falo del fin del mundo - Saurio
—¿Qué quiere que le diga, monsieur Verne? Creo que la novela ganaría mucho si se concentrara sólo en el faro. Las escenas sexuales entre Kongre y Vázquez pueden herir algunas susceptibilidades.

Las malas lenguas - Carmen Carrillo
Como estaba exhausto y no se le ocurrían más posiciones, la acusó de frígida. Ella no se inmutó, porque sabía lo que sabemos todas: las únicas que acusan a una mujer de frígida, son las malas lenguas.

Clasificado - Saurio
Trabajador de la lengua necesita asistente literaria para perfeccionar su arte y dar lo mejor de sí.
Buena paga y flexibilidad horaria.

Respuesta a clasificado de Saurio - Nanim Rekacz
Taquígrafa rápida con los dedos, cantante de ópera capaz de eximias manifestaciones orales de gozo, dispuesta a hacer horas extra y a decir "Sí, señor", solicita el puesto.

En otra parte de la galaxia – Carmen Carrillo & Sergio Gaut vel Hartman
—Las gallinas no tienen tetas porque los gallos no tienen manos —dijo el xenobiólogo.
—No las necesitamos —respondió el extraterrestre emplumado—. Nuestra especie se erotiza picoteando gusanitos.

Sexo tántrico - Carmen Carrillo
El extraterrestre emplumado, que se excitaba auditivamente, quedó completamente decepcionado cuando, tras un buen rato de picotear juntos gusanitos con su yogui personal, ella terminó sin decir ni pío.

Recato - Sergio Gaut vel Hartman
En los cabarutes y piringundines del planeta Kikiriquí, las coristas se pasean desplumadas, apenas cubiertas por diminutos gusanos donde el pudor obliga… y por el tiempo que tarda en empezar el picoteo.

Tántrico – Sergio Gaut vel Hartman
El extraterrestre emplumado disfrutaba sus clases de sexo tántrico. La excitación crecía sin parar, su cuerpo ardía de placer, el éxtasis lo embargaba. Tardó bastante en advertir que estaba en el horno.

Megalomanía - Carmen Carrillo
El extraterrestre emplumado además de maricón, tenía delirio de grandeza. Lo supimos cuando anunció que dejaría de ser virgen hasta que terminara el quinto sol, al regreso de Quetzalcóatl.

Descriptor incompleto - Héctor Ranea
Más vale orgasmo en mano que imaginación parpadeante.

Declaraciones- Carmen Carrillo
1. El orgasmo es de quien lo trabaja
2. El respeto al orgasmo ajeno, es la paz.
3. La cachondez no se crea ni se destruye, sólo se transforma.
4. El que termina al último, tomó viagra.

Distanciamiento - Diego Martínez
"Mi pareja y yo somos hermafroditas. Cuando nos peleamos, nos arreglamos cada uno por su lado."

Preocupación - Héctor Ranea
El escritor no lograba terminar la novela. Acababa pronto y sólo terminaba ráfagas.

Nunca salgas con un médico - Saurio
—Me dijo que me quería ver los senos.
—¿Y le mostraste las tetas?
—No, me sacó una radiografía de cráneo.

Jueguitos absurdos - Francisco Costantini
—Dale, gemí, que me gusta.
—¿Y por qué no ge-tú, en vez de ge-mí?
—Bueno, dale, getú, que te gusta.
—¿Y por qué no ge-él?
—No, listo. Los tríos no me van.

En el jardín - Francisco Costantini
Te abriste de piernas, como una flor. Yo, colibrí, fui a beber de tu néctar con mi piquito. Pero llegó el gato de tu marido, y me tuve que ir. Volando.

Descubrimientos – Francisco Costantini
Lucía descubrió su lesbianismo cuando besó a su marido y sintió (degustó) en su boca el sabor de otra mujer.

Dos lunas iluminan mi tierra - Carlos Feinstein
La azul Quenchuban atrae a los vampiros negros y Anchaban, la roja, a los mujeres-lobo. Una vez por mes ambas iluminan juntas la noche. Los gritos, gemidos y jadeos de la gran bacanal retumban hasta el horizonte.

Génesis – Carmen Carrillo & Sergio Gaut vel Hartman
Copulaban con tal frenesí, intensidad y frecuencia que el ecosistema se recalentó. El planeta se convirtió en sol y ellos en un plasma orgásmico que pulsaba en cada clímax y originaba nuevos soles.

Mix - Héctor Ranea
Estaban tan desaforados en esa Facultad que nadie entendía si estudiaban Astronomía o Anatomía de los agujeros negros. Iban de orgasmo en orgasmo como otrora de clase en clase.

Santo remedio – Oriana Pickmann
Eva no dejaba de gritar. Le pedía a Adán que le lanzara una manzana. Adán, hastiado, se la tiró.

Orgía aparente - Javier López
En la habitación poco iluminada, ellos y sus respectivas sombras hacían el amor.

Maceración - Carmen Carrillo & Héctor Ranea
El escritor trataba las palabras intensamente. Primero las dejaba macerar en la saliva de su imaginación hasta punto almíbar. Luego, a golpe de molcajete se adueñaba de su sonoridad. Amaba oír sus quejidos.

Misterio en el Emmenthal Castle - Carmen Carrillo & Héctor Ranea
Los catafixiadores no tenían descanso. El Profesor What?man no aparecía y maliciaban qué habría pasado con la Princesa Gouda quien dejara el molcajete lleno de pasta para amar.

Hombres y mujeres – Rafael Vázquez
Se pintaban sonrisas y miradas para salir a buscarse durante la noche, se borraban huellas dactilares, contornos… En este loco ser otros, olvidaban con frecuencia qué arreglarse después para volver a ser quienes eran.

Contorsionismo – Rafael Vázquez
La mujer que amé permanecía invariablemente inalcanzable a mis espaldas. Para poder amarnos inventamos un inverosímil contorsionismo que eliminó cualquier dificultad. Agotado el amor, tratamos de encontrar qué elasticidad imposible haremos ahora para no tocarnos.

Monstruos – Rafael Vázquez
Por el día mataba dragones, grifos, ogros… A la noche regresaba al hogar y yacía con la Bella Durmiente. Era tan hermosa en sueños. Sólo un monstruo nunca venció, besarla en los labios para que despertase.

El hábito – Rafael Vázquez
Maquinalmente deambulo por la casa, miro a mi mujer sin verla, la toco sin sentirla... El hábito hace el paisaje, la rutina este ser sonámbulo sin sueños.

Olvidos - Rafael Vázquez
Fugazmente paso entre las orillas de tus piernas entreabiertas. Numerosos hombres pasaron y pasarán por ellas después de mí. Consciente de que la memoria es frágil, intento dejar en ti un hermoso y profundo olvido.

Magiaaah - Javier López & Oriana Pickmann
El mago sacó su varita de la chistera y me echó tres polvos màgicos.

El placer de leer – Giselle Aronson
Gozaba leyéndolo literalmente, pero entrelíneas era cuando más placer alcanzaba.