sábado, 3 de enero de 2009

100 ráfagas del 3 de enero de 2009



De John Donne - Juan José Arreola 
El espíritu es solvente de la carne. Pero yo soy de tu carne indisoluble.

Cuento de horror - Juan José Arreola 
La mujer que amé se ha convertido en fantasma. Yo soy el lugar de las apariciones.

Ágrafa musulmana en papiro de oxyrrinco - Juan José Arreola
Estabas a ras de tierra y no te vi. Tuve que cavar hasta el fondo de mí para encontrarte.

José Luis Zárate
Aún me amas en esas viejas cartas. 

José Luis Zárate
El equilibrista ve a la ciudad balancearse. 
José Luis Zárate
Habríamos muerto de hambre y frío, si no sacáramos la comida y este esponjoso abrigo de nuestra cosecha de sombreros de mago.

José Luis Zárate
 —Usted es el criminal —dijo Holmes señalando al lector. El criminal escapó cerrando el libro. 
José Luis Zárate
Olvida la manzana, ¿cuanto tiempo será bella atendiendo la casa, las comidas, las ropas y a siete enanos? 
José Luis Zárate
Los Reyes nada tenían en contra. Todo era obra de quienes deseaban la guerra. Los conspiradores que enfrentaban a negro contra blanco. 

De Catalina de Rusia - Marco Denevi 
Si no hubiese sido por mi cuerpo, habría sido casta.

Don Juan y las mujeres - Marco Denevi 
A ninguna le disgusta tener antecesoras a condición de no tener sucesoras.

Paolo y Francesca - Marco Denevi 
El Infierno se les antoja un Paraíso porque al menos están exonerados del tormento de callar su amor.

Adán y Eva - Marco Denevi 
Recordando lo que él hizo con el amor de Dios, Adán siempre recelará del amor de Eva.

Andrés Diplotti
Despertó a los gritos, sintiendo en su carne los dientes y las garras del dinosaurio.

Andrés Diplotti 
Soñé que Les Luthiers hacían un número cómico sobre cómo Charles Darwin quería probar que la Tierra es redonda. ¿Es grave, doctor?

Noche de navidad - Andrés Diplotti 
Becky sintió que alguien se movía en su habitación. —¿Santa? —preguntó.
—¡Qué santa ni santa! Vos la santidad la perdiste hace muchos años —contestó Papá Noel. Se vistió y se fue a repartir regalos.

Andrés Diplotti
Lo intenté y lo intenté, pero no pude escribir un mensaje satánico que escuchado al revés fuera una canción.

Oliverio Girondo
Con la poesía sucede lo mismo que con las mujeres: llega un momento en que la única actitud respetuosa consiste en levantarles la pollera.

Oliverio Girondo
Los críticos olvidan, con demasiada frecuencia, que una cosa es cacarear, otra, poner el huevo.

Oliverio Girondo
Trasladar al plano de la creación la fervorosa voluptuosidad con que, durante nuestra infancia, rompimos a pedradas todos los faroles del vecindario.

Oliverio Girondo
¡Si buena parte de nuestros poetas se convenciera de que la tartamudez es preferible al plagio!

Avisos inclasificables 1- Miguel Dorelo
Vendo urgente varias derrotas personales, no muy caras, por no poder atenderlas. Envíos a todo el país.

Avisos inclasificables 2 - Miguel Dorelo
Televisor casi nuevo, 21 pulgadas, 128 canales, permuto por idea original para mini ficción a publicar en este espacio.

Avisos inclasificables 3 - Miguel Dorelo
Atención peluqueros. Cabellos naturales, todos los largos, a buen precio. Corrientes 2114. Preguntar por Dalila.

Avisos inclasificables 4 - Miguel Dorelo
¿Problemas de insomnio? Ya no más. Instituto Sweet Dreams tiene la solución. Atención personalizada en su domicilio. Preguntar por Freddy.

Inocente - Miguel Dorelo
— Este tribunal declara al señor Georgedoblev libre de culpa y cargo.
A entender de sus miembros lo acontecido en los diversos países a los que el Gran País del Norte liberó sólo fueron daños colaterales.

No sé de que me están hablando - Miguel Dorelo
En estos tiempos que corren la palabra inocente suele estar acompañada más veces de lo aconsejable por la frase “yo no fui”. 

Mona - Sergio Gaut vel Hartman 
Mientras todos duermen la mona, yo empiezo mi nuevo trabajo: asesino a sueldo. Alcohólicos anónimos decidió pasar a la ofensiva.

Pira - Sergio Gaut vel Hartman
Creí ser capaz de burlar el celo del censor, y heme atado al poste, rodeado de leña y paja. ¿En qué fallé? Cualquier palabra puede servir para condenarte; el talento es saber cuál elegir.

Plagio - Sergio Gaut vel Hartman
—Maestro, ¡han plagiado su novela!
—No tiene importancia: todas mis obras contienen una fiera salvaje que sólo yo controlo, aunque la burda copia también es feroz y sabrá devorarles el corazón, su víscera favorita.

Imitadores - Sergio Gaut vel Hartman
Mis imitadores tienen un problema que no pueden resolver. Atento, y siempre generoso, les obsequio una solución que se apresuran a copiar sin advertir que al hacerlo introducen el caballo fatal en sus dominios. 

Péndulo - Sergio Gaut vel Hartman
El universo desapareció al cerrar los ojos. Esperó a que una ráfaga le acariciara los párpados para abrirlos de nuevo y el universo reapareció. Pero era otro.

Sin salida - Sergio Gaut vel Hartman
Soñó que era una montaña. Al despertar, miles de alpinistas escalaban su cuerpo clavándole picas y garfios. Gulliver aulló de dolor, pero tardó semanas en aplastarlos a todos; murió poco después: septicemia.

Olga A. de Linares
La musa del escritor de novelas de terror gótico se parece terriblemente a un murciélago.

Duplicidad - Olga A. de Linares
De acuerdo con aquello de "no dejes que tu mano izquierda sepa lo que hace la derecha", estrangulaba a sus víctimas con esta última. Pero la otra seguía en estado de absoluta inocencia.

Notas - Olga A. de Linares
Sobre el pentagrama del cableado, los pájaros traman sus sinfonías.
Competencia - Olga A. de Linares
Desafió a su hermana menor a entrar en la casa embrujada. Su moradora le había prometido que volvería a ser hijo único.

Caída - Olga A. de Linares
Que se le cayera el alma al piso motivó aquel fatal tropiezo.

Olga A. de Linares
La araña que anida en casa de la famosa escritora de novelas rosa está cada día más gorda: no hay nada más fácil de atrapar que las pequeñas y tontas musas que la visitan.

Criterio lógico - Patricia Kieffer 
—Que el acusado se ponga de pie. ¿Cómo se declara? ¿Culpable o inocente?
—Culpable, señor Juez.
Un murmullo recorre la sala.
—¿Podría explicarse mejor?
—Soy culpable de haber sido tan inocente como para dejarme atrapar. 
Condena - Patricia Kieffer 
—¡Soy inocente! ¡No maté a nadie! —gritó saliendo con los brazos en alto.
—¡Mátenlo!
—General ¿Por qué matarlo?
—Esto es una guerra, y él un soldado. Si no mató a nadie, o era traidor o mintió. 

Comentario - Patricia Kieffer 
El padre mira a su hijito jugar con el gato.
—Pobre inocente... —dice a su mujer.
—Sí, aún está en la edad de la inocencia —agrega ella, sonriendo.
—Me refería al gato. 

Javier López
Con enorme ajetreo, sábanas van, sábanas vienen, en maletas, en bolsas. Los fantasmas también se mudaban con los dueños de la casa.

Javier López
En aquel lugar ya nadie recordaba cuándo empezó a llover. 
Javier López
Pusieron el Ulises de Joyce como trampa para cazar al ratón de biblioteca.

Javier López
Madrugaba tanto que siempre vivía el día anterior.

Javier López
Pese a los continuos rumores, Pi manifiesta: “no estoy acabado”. 

Javier López
Las zapatillas de la bailarina se mantenían de puntillas cuando nadie las miraba.

Medidas drásticas - Magnus Dagon
En aquel planeta hacía tanto frío que se cortó el brazo y le prendió fuego para entrar en calor.

Ralentización - Magnus Dagon
Eran tan veloces los nuevos androides que apenas éramos poco más que plantas para ellos.

La suma de todos - Magnus Dagon
El juicio final comenzó el día que todos estornudamos a la vez y sacamos a la Tierra de su órbita.

Recombinación genética - Magnus Dagon
En el momento que implantamos el cerebro en la mano el resto del cuerpo no fue más que un adorno.

No tocar - Magnus Dagon
Encontraron un mecanismo oculto en el planeta. Al activarlo la gravedad invirtió su sentido y salieron despedidos hacia las estrellas.

Efectos colaterales - Magnus Dagon
Rodeamos la Tierra de un campo de fuerza perfecto. La combustión desapareció y regresamos a la edad de piedra.

Visión nocturna - Jorge Martín
Te digo que a esta hora se me caen los ojos, en este mismo momento me estoy viendo desde el suelo; mejor los levanto y me voy a dormir. 

Compensación - Jorge Martín
Lo visito todos los días, leo memos, reprogramo reuniones, hago anuncios, todo desde mi altar escritorio. Tanto esfuerzo vale una escapada al infinito, un fin de semana largo escribiendo especulación científica. 

Inconsulta popular - Jorge Martín
La mitad votó por que la barba no, la otra que les gusta mi aspecto, todo por la mañana antes del café. Le respondo camino al colegio. —Esperen a que les salgan los pelitos.

Lo que el viento se llevó - Oriana Pickmann
Mi gato, la puerta y parte del techo del establo, el buzón de correos, el contenedor de basura. Maldita tormenta...

Inocente 2 - Oriana Pickmann
Dícese del individuo que cree que los africanos están hechos de chocolate. 

Suicida - Oriana Pickman
El ordenador que tiene la manía de colgarse.

Oriana Pickmann 
Aquella ciudad era conocida por sus fuertes vientos. El día que dejó de soplar, todos sus habitantes cayeron de narices. 

Oriana Pickmann
Mi perro aúlla, pero no hay luna llena. Suenan doce campanadas a las diez y dieciséis. El año nuevo ya estaba usado. Caos en mi orden.

Doce uvas - Oriana Pickmann
Pedía un viaje, amor, dinero, trabajo, estabilidad, relax, más viajes, y al momento de la doceava uva, se atraganta y muere.

Murciélago 2 - Héctor Ranea
Por medio de los olores, le comentó que más allá del árbol, mucho más allá, hay un paraíso de mariposas de noche. El otro sabía que antes de llegar lo pillaría el día.

El amor - Héctor Ranea
Ella entregó sus besos a la ilusión de un amor que él mentía con trabajosa perfección.

Espejismo - Héctor Ranea
Entonces pregunté. La voz contestó, con el nombre de un amigo muerto. Le di la mano, lloramos juntos lo que pueden llorar dos prisioneros. Después descubrimos que en If estábamos solos, separados por el mar.

Beso - Héctor Ranea
En un salto mortal, una luz fantástica de rubí, una cascabel enfurecida que en mi almohada estremece su mordida. El beso me fue dado como una copa de vino sin aviso.

Dinosaurio - Héctor Ranea
Comenzó a ordenar las vértebras de la bestia. La cuarta y la quinta bosquejaban una forma de mariposa dislocada. Fue así como descubrió el secreto de la destrucción.

Luz - Héctor Ranea
Desde el labio del acantilado los amantes dan el último paso hacia el mar cuando la ola trae el ruido del abismo. Mientras, la Luna dibuja un camino falso sobre la piel del agua.

Lo ayuda - Alvaro Ruiz de Mendarozqueta
Despertó a la madrugada. Del cielo raso surgió una luz intensa. Un anciano de túnica y barba blanca lo miraba. Sonó una música celestial y pequeños angelitos revoloteaban.
—¿Lo ayudo? –dijo el anciano. 

Amor - Alvaro Ruiz de Mendarozqueta
¿Vos creés que por ventura, azar, causalidad, síntesis o encogimiento, un espacio tan pequeño como éste puede contener todo el amor que siento por vos en este momento, en este instante sublime? 
Sí, puede.

Dilema seis - Alvaro Ruiz de Mendarozqueta
Ahora ella está sola. ¿Por qué se dejó ir? Si él la esperó treinta años.

Dilema siete - Alvaro Ruiz de Mendarozqueta
Se abrazaron con ternura.
—¿En qué pensás? –preguntó él mientras se moría de ganas de decirle que la quería.
—Me preguntaba si vos me querés —dijo ella mientras lo miraba con picardía.

Alejandro Sosa
Hacía mucho que la tecnología les permitía salir de día. Pero salvar el escollo de su falta de reflejo en los espejos seguía siendo un asunto de género fantástico más que científico.

Alejandro Sosa
El elfo fue incapaz de reconocer los símbolos de la tercera línea. Angustiado, sólo podía pensar en su carnet vencido de porte de arco.

Alejandro Sosa
El guerrero tuvo una iluminación en el momento en que lo atravesaba la espada: el paraíso era un camelo.

Francisco Tario
Y vendrá la inmensa, la descomunal, la infinita revolución de los muertos. Tan populares, tan resentidos, tan numerosos, bajando en largas hileras por las montañas…

Francisco Tario
Más que una flor, más que la noche, más que la lluvia, más aún que la Muerte, es mucho más bella, más silenciosa, más enigmática una llave perdida.

Francisco Tario
—¡Toma! —le dijeron.
Y con lágrimas en los ojos recibió de no sé quién el título de abogado.
—¡Toma!
Sintió cómo que se había muerto.

Eternidad - Francisco Tario
Un punto. Pero un punto hueco dentro del cual se halla el infinito. Con Dios y todo y toda la música que se ha escrito.

Francisco Tario
No obstante, es útil aprender a leer por cuanto ello demuestra al hombre lo terriblemente inútil de la lectura.

Francisco Tario
De aquel estupendo caos de tinieblas, volcanes en erupción, ríos fuera de madre y enormes plantas venenosas trepando sin orden ni concierto resta únicamente esto: mil quinientos naturalistas ingiriendo sus hierbitas ante los manteles blancos…

Vestido - Rafael Vázquez
La hija pequeña de la bruja se enfadó mucho cuando su madre le regaló un vestido horrible que también crecía con los años.

Rafael Vázquez
La musa inspiraba al sabio silencios elocuentes.

Rafael Vázquez
A la lenta tortuga la adelantó el tiempo. Y se quedó el reptil deslizándose torpe en el pasado, como un recuerdo del paisaje.

Rafael Vázquez 
Las musas utilizan todo tipo de artimañas para inspirar a poetas y novelistas. El amor es sólo un espejismo colectivo urdido por ellas

Rafael Vázquez 
Los fantasmas hacen la fotosíntesis con la luz de la luna.

Rafael Vázquez
Las musas comienzan a inspirar a la inteligencia artificial.

Año tras año 1 - Adriana Alarco de Zadra
Cayó el hacha y se murió el año decapitado. Nace un nuevo día, regresa el huracán y ráfagas de viento en el arenal levantarán el polvo milenario de las horas.

Año tras año 2 - Adriana Alarco de Zadra
Desde el alféizar de la ventana, la muerte contempló la caída del sol. Sus pétalos se cerraron y se preparó a dormir hasta el año venturo.

Año tras año 3 - Adriana Alarco de Zadra
Llovió toda la tarde. Ella, inmóvil desde el lecho, contaba las gotas de lluvia. Eran tantas como las horas que debía esperar a que regresara, quizás, el nuevo año.

Año tras año 4 - Adriana Alarco de Zadra
Asomó por la teatina un gato negro. Rin Tin Tin soñaba, bajo la mesa de la cocina, que lo perseguía como alma que lleva el diablo, bajo un infierno estrellado. 

Año tras año 5 - Adriana Alarco de Zadra
Arrastraron el costal por el páramo. Lo enterraron bajo el ichu, frente a la laguna helada. Horas después salieron bailando fémures, tibias, radios y falanges a celebrar el nuevo año. 

Año tras año 6 - Adriana Alarco de Zadra
Las estrellas alumbran un sendero oscuro. Allí pasa la vieja aplastada por su costal de pecados, cada vez más encorvada, esperando encontrar un resplandor que alivie el peso de sus culpas.

Emparejados - Jacinto Deleble Garea
El mar y la mar mantienen una turbulenta relación. Él la ataca por oleadas, ella se defiende mareándole. 

Desamor – Jacinto Deleble Garea
Con el bisturí soñado sajó su imagen en el espejo a la altura del esternón. El corazón de cristal tras él bombeaba cenizas, y humo.

La musa - Jacinto Deleble
La nueva gota de sentido que el inspirado poeta supo destilar tras su ardua alquimia con el lenguaje era salada como el sudor.

¿Blanca navidad? - Jacinto Deleble Garea
"Navidad" tiene las mismas letras que "dan vida", aseguró Dios. Sí, y las mismas que "vanidad", replicó Satán.

Amén - Jacinto Deleble Garea
Confieso, padre, que he pecado. Tanta es sobre mí la sinergia de sus labios que me he entregado a ella de palabra, obra y pensamiento...

La experiencia - Jacinto Deleble Garea
Cuando lo viejo está de más, lo nuevo es lo de menos.