jueves, 6 de noviembre de 2008

43 ráfagas del 6 de noviembre de 2008



Dios sabe que no quiero ser un ángel - María Castejón
Era hermoso, brillante y frágil. Me comí sus alas pero no me brotaron y el ángel dejó de llorar. ¿Duerme?

La santísima trinidad - Saurio
Un rabino, un pastor y un cura entran a un bar. Todos se ríen, anticipando el chiste.

Barroco - Alvaro Ruiz de Mendarozqueta
El barroco no ha fenecido, pervive cual rediviva de una época egregia, pletórica de talentos, de trovas, de elegías. Cual émulo de aquellos vates, plasmo mi cantilena que deriva al garete por estas carillas…

Chau, Mangieri - María Cristina Rolnik
Dime por quien lloras y te diré quién eres.

Regla 1 - Jose Luis Zarate
Desconcierta a tu contrincante. Juega al ajedrez con cara de póker.

Regla 2 - Jose Luis Zarate
No dividas tu atención. Por simpáticas, sonrientes y bellas que sean nunca juegues ajedrez con damas chinas.

La segunda venida – Francisco Costantini
Jesús regresó. Estuvo entre los hombres: no lo reconocieron. Quiso dialogar con el Papa, pero éste no lo recibió: no tenía tiempo para zaparrastrosos. Decepcionado, entonces, se marchó, dejando a la humanidad sin salvación.

Javier López
El asesino de la tarjeta de visita fue detenido en su domicilio.

Sé por qué lo digo - Jorge Ariel Madrazzo
Sólo ha de ser camino lo no andado jamás.

Hechos incuestionables - Magnus Dagon
Cómo iba nadie a saber que las nubes eran naves espaciales abandonadas antes de nuestro origen como especie.

Dignidad - Miguel Dorelo
Siempre me sentí orgulloso de mí mismo. Mis firmes ideales, solo empiezan a flaquear a partir de una cifra de cinco ceros.

Camilo Pérez Luque
Papa Noel también es necesario.

Aforismo perpetuo - Fernando Remitente
Detrás de cada error hay una esperanza. Detrás de cada esperanza hay un error.

Corte a la francesa - Jorge Martín
—Esa mujer no pierde la cabeza porque todavía no se inventó la guillotina.
—Justamente de eso quería hablarle, Monsieur Robespierre.

Corte a la francesa 2 - Jorge Martín
—No sé donde tengo la cabeza.
—En la canasta, Madame.
—¿Sí? Pero hay como diez. ¿Seguro que tenía una capelina roja?

Corte a la francesa 3 - Jorge Martín
—Esta gente que hace huelga, cuando habla de corte, ¿se refiere a los nobles que viven en el palacio?

Bicentenario - Guillermo Vidal
—¿Cómo es esto de celebrarme los doscientos años?
—No los suyos abuelo. Es por la declaración de la independencia, mil ochocientos doce, ¿se acuerda?
—Pero qué atrevido, ¡claro que no!, yo era muy chico.

Adriana Alarco de Zadra
Durante la misión espacial recordé las sabias palabras de Filiberta Malpartida, que en paz descanse, rebosante de alegría ya que repartía felicidad y se la devolvían con creces: “Nunca es tarde cuando la nave llega”.

Uno - Jorge De Abreu
Uno fue un dios torpe que en el paroxismo de la creación chasqueó los dedos y estalló en mil pedazos.

Dos - Jorge De Abreu
Dos fueron los niños amamantados por una loba que murieron desnutridos y no llegaron a fundar una ciudad legendaria.

Tres - Jorge De Abreu
Tres fueron Huck Finn y Tom Sawyer, y Joe el indio, quien no se cansaba de apuñalarlos con la navaja de Muff Potter.

Cuatro - Jorge De Abreu
Cuatro fueron los mosqueteros que yacían exánimes en el sucio piso de una taberna: Athos, Porthos, Aramis y d’Artagnan... sus estocadas habían sido certeras.

Cinco - Jorge De Abreu
Cinco fueron los relatos incluyendo éste que jugaron con otras realidades y han cambiado la que vivimos desde exactamente este momento...

Injusto - Oriana Pickmann
Me quedé dormida y el mundo siguió girando.

Oriens - Cristian Mitelman
“Es una curva peligrosa”, me han advertido. Voy acercándome. Enseguida un crujido y la sensación de estar volcado por primera, irremediable vez.

Este texto se llama “sí, ya sé tengo 39 palabras como máximo 
para ‘ráfagas, parpadeos’ pero todos los textos me salen mucho más cortos, casi aforísticos, así que para qué forzar las cosas, ¿no?” - Saurio
Me faltaron cuatro palabras.

Javier López
Tomamos unas copas, echamos unas risas. Nueve meses después, fuimos padres de un chiste.

Sino - Walter Iannelli
Puse mi Sí en su No, y al cabo de nueve meses nació un Ni.

Tenacidad - Juan Yanes
Se hizo viejo jugando contra la máquina. Siempre perdió.

Tenacidad más tecnología - Juan Yanes
Siempre perdía frente a la máquina, hasta que aprendió a sobornarla.

El ajedrez y la lucha de clases - Juan Yanes
Los peones blancos pertenecían a un sindicato de gestión, puro reformismo. Los negros a uno de lucha, pura movilización. ¿Quién ganó la partida? La patronal.

Jaque mate - Juan Yanes
El maestro de ajedrez se dio jaque mate así mismo cayendo fulminado en el acto sobre el tablero en medio de un desolador charco de sangre.

Lateralización - Juan Yanes
Siempre que empezábamos a jugar tenía que explicarle cómo se movían las fichas sobre el tablero. Estaba mal lateralizado, así que terminábamos jugando al julepe.

Javier López
Su media naranja acabó en un zumo.

Pecado - María Castejón
—Ave María purísima.
—Sin pecado concebida.
—Padre, confieso que he pecado… y esta noche volveré a hacerlo…

Inocencia - Fernando Remitente
¿Cómo va a ser violación si todas estaban muertas?

Voley-head - Jorge Ariel Madrazzo
Apenas giró la cabeza, esta voló a las tribunas. Lo malo: nunca fue devuelta al campo de juego.

Adriana Alarco de Zadra
Cayó la noche tan bajo que atravesó el techo, el pavimento y llegó al sótano. Al bajar escaleras oscuras, veo estrellas como luciérnagas y la luna en el alféizar semejante a un trozo de pastel.

Ruinas - Héctor Ranea 
La iguana al Sol es una estrella.

Nobel – Francisco Costantini
En el exacto año 3000 J. Fernández obtuvo el premio Nobel de Literatura. Marcó un hito: hacía cuatro siglos que un humano no obtenía dicha distinción, sólo otorgada a androides desde el brillante y mítico RL-01875.

Al pie de la letra - Miguel Dorelo
—Yo, cuando tengo que zanjar una discusión, lo hago —decía aquel mafioso, echando las últimas paladas de tierra sobre el cuerpo de su ocasional contrincante a la orilla del camino.

Javier López
La casa tenía dos plantas. La primera solo servía para subir a la segunda.

Show de acrobacias - Magnus Dagon
El disco flotante se elevó al nivel del cuello de los presentes. Aquello pasó de espectáculo a masacre.